viernes, 25 de diciembre de 2009

FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO 2010

Posiblemente ya muy pocas personas se acuerdan de que hace unos 2010 años, uno arriba o uno abajo, nació en Belén un crío que estaba llamado a ser el Mesías, el Redentor, el Salvador del género humano. A veces a mí me cuesta recordarlo. Las luces del Corte Inglés son tan vistosas que hacen olvidar qué es lo que realmente se celebra...



No creo ni confío en absoluto en una Iglesia anquilosada, con un clero encabezado por un anciano achacoso que no tiene los pies en la Tierra, que viaja a África (el continente más castigado por lacras como el SIDA o la superpoblación) para recomendar la abstinencia sexual y condenar el uso de métodos anticonceptivos, que se preocupa más por las bodas entre homosexuales que por la verdadera Justicia Social, una Iglesia politizada hasta límites nauseabundos, vomitivos, una Iglesia que nada tiene que ver con mis creencias y a la que repudio sin ninguna vergüenza...



Pero sí me aferro a la idea de que hace muchos, muchos siglos nació un hombre bueno, que decía cosas buenas. Ni siquiera estoy seguro de que fuese el Hijo de Dios, como nos han machacado tantas veces, porque tampoco tengo la certeza de que exista realmente tal Dios. Pero sé que merece la pena el mensaje que nos dió, o, al menos, el modo en que se comportó. Un hombre que te pide que ames, que ames por encima de todo y a todos, no puede ser una mala tabla a la que asirse cuando caes en brazos de la desesperación y la amargura...



Por eso, por ese tipo, ese tal Jesús de Nazareth que me cae bien, porque al fin y al cabo nunca le hizo daño a nadie y vino con toda la buena voluntad del mundo a darnos un poco de esperanza en un mundo tan desesperanzado como es el nuestro, os deseo una Feliz Navidad recordándoos que aún hay cosas por las que merece la pena luchar: la búsqueda de la felicidad, la familia, los amigos, el amor y el sentirse bien con los demás y con uno mismo. Sin necesidad de belenes, árboles de Navidad, Reyes Magos ni ritos impuestos. Sólo porque merece la pena...



Feliz Navidad a todos.



Y, en otro orden de cosas, aprovecho el blog para recordaros lo siguiente:

Para celebrar ese nacimiento como se merece, el próximo lunes, 28 de diciembre, en la parroquia de San Agustín de Zaragoza (Avenida de Cesáreo Alierta, 78), a las siete y media de la tarde el grupo coral "Las Cigüeñas" ofrecerá un recital de villancicos con la participación del insigne tenor solista don Enrique Villuendas, también conocido como "Maese Enrique de Çaragoça", "Enrique Aznar Pardo", "Herodoto" o "ese chico gordico tan simpático que tiene un blog muy majo".



Os espero a todos, cachorrillos...



Un abrazo.

domingo, 20 de diciembre de 2009

FIESTA EN ZUFARIA





Pues, señores, sabed que el próximo 31 de diciembre, día de San Silvestre, un grupo de excelentes amigos celebrarán la entrada del nuevo año 2010 en las cámaras del castillo de Zufaria...



Gran ilusión faz al señor de la fortaleza zufariense la presenzia e agasajo de sus invitados, de tal modo que todos sus esfuerzos se verán volcados en hacerles sentir como en su propia casa e aún mejor, si tal cupiese. Pues es el alma aragonesa generosa por naturaleza propia, e antes se secarán los mares e se inundarán los desiertos que permitir un noble aragonés que sus invitados pasen la más mínima privación, tanto en el yantar, como en el beber, el calentarse al amor del fuego o el divertirse con mil historias, chascarrillos, bromas e juegos.



Limpias son ya las estancias, presto el ánimo, invitados los comensales, confirmada la su asistencia, adereçada la pernocta, ornadas las cámaras, puesto a la fresca el vino e dispuesto todo para que, en fin, se lleven los amigos el mejor recuerdo e la mejor vivencia que imaginarse puedan de una tierra dura e inmisericorde con el campesino que la labra, pero precisamente por ello abierta, hermosa e magnífica para el amigo que la visita y que se acoge a su hospitalidad.



¡Venid, damas e señores!



¡Zufaria os espera!

martes, 8 de diciembre de 2009

Elogio del profesor



Al hilo de la anterior entrada, me gustaría aquí ponderar una labor que no siempre es reconocida y que a menudo he escuchado denigrar con una frase que a veces consigue sacarme de mis casillas. Ya sabéis... Eso de "¡Qué bien vivís los profesores!"

Supongo que para quien no conoce los interiores de la labor docente, un profesor de educación secundaria es una persona que trabaja cinco horitas diarias, tiene tres meses de vacaciones en verano, diez días en Semana Santa y otros quince por Navidad, a cambio de dar unas cuantas clases, corregir unos cuantos exámenes y trabajos y firmar las actas de evaluación una vez cada tres meses. Lo bueno es que, visto así, tienen razón. ¡Qué vidorra! ¡Y encima, sin soportar a un jefe que les amargue la vida, cogiéndose una baja por depresión cuando les da la gana y cobrando un pastón por el trabajo! Casi nada lo del ojo. ¡Yo también quiero!...

Sin embargo, a lo mejor habría que aclarar unas cuantas cosas. La primera de todas, por ejemplo, podrían ser para empezar los cinco años de carrera, los otros tantos de oposiciones, la inestabilidad de las interinidades y la coña de los desplazamientos cuando tu puesto de trabajo se encuentra a cincuenta, cien o más kilómetros de tu residencia habitual..

Una vez superados estos primeros problemillas, que muchas otras profesiones tal vez poseen y viven mucho peor que nosotros, pasamos a la segunda parte. Una segunda parte que empieza cuando ya te han dado tu horario y te han asignado tus grupos de alumnos y entras al aula para impartir tus clases. En definitiva, para hacer tu trabajo. Un trabajo que, de entrada, no se hace solo: hay que preparar la clase, hay que escoger una metodología y unos recursos didácticos, y elaborar una programación personal, tuya e intransferible, que hay que adaptar a las peculiaridades de las fieras de 13 ó 14 años que tienes delante y a las que la economía en el imperio bizantino, la biografía de Carlomagno o los relieves en cuesta de la Depresión del Ebro les importan literalmente un cojón de mico. Y hay que transmitirles esa información, hay que enseñarles a comprenderla y estudiarla. Tienen entre 12 y 15 años. Su informatizado mundo, hoy, es la PlayStation o la Wii, las redes sociales (Facebook, Tuenti, Hi5), el móvil para intercambiarse mensajitos SMS y el messenger. En el mejor de los casos, algunos sienten afición por los libros de Tolkien o los Harry Potter de la Rowling. Y en un porcentaje elevado de casos, son chavales completamente desmotivados (¿o es que os creéis que impartir una clase sobre la sociedad medieval vestido con gambesón, almófar, yelmo, espada y escudo lo hago sólo para divertirme?), muchas veces mimados, consentidos y protegidos por sus padres quienes, además, se desentienden de su proceso educativo y sólo exigen hablar con el tutor cuando ha caído la Maza de Fraga y a su pequeño ha tenido la osadía de suspenderle, amonestarle o castigarle un mierda de profesor que no sabe hacer su trabajo y no le pasa de curso sin necesidad de estudiar, fíjese usted, con lo guapo, y lo bueno y lo estupendo que es su niño... O su niña, que a veces casi son peores.

No son todos, naturalmente. Pero sí son bastantes. Afortunadamente hay chavales con los que merece la pena trabajar, chavales a los que consigues que te atiendan en clase porque realmente ves que les interesa lo que les estás contando, lo que están aprendiendo y cómo se lo transmites. Chicos y chicas que apuntan maneras, que ves cómo evolucionan ante tus ojos (esa es la maravilla del ser humano, nadie como los profesores podemos apreciarlo así).

Pero también ves alumnos, demasiados, que están en el fondo de un pozo, o cayendo en él. Que no te dejan ejercer tu tarea, y muchas veces tampoco a sus compañeros. Y esos son los que realmente interesan: enseñar a quien quiere aprender es fácil, el reto se encuentra en el chaval que te jode la clase, el que ha decidido que su futuro se encuentra en dejar pasar la vida como venga, tanto si es partiéndose los lomos en una zanja o acarreando ladrillos en una obra (trabajos dignísimos pero duros de cojones) o acabando delante de un juez de menores o, en el peor de los casos, en la celda de una prisión o en un hospital o el nicho de un cementerio con una sobredosis de algo (pastillas, coca, heroína, navajazo o lo que sea). Estremece pensar que todos tus esfuerzos no han servido de nada y produce una insondable tristeza comprobarlo...


Yo he visto a compañeros y compañeras arrojar la toalla, salir llorando de una clase diciendo que hasta aquí hemos llegado, oyéndose decir "no me ralles, déjame en paz, puta gorda de mierda" por haberles llamado la atención en medio de una explicación que habían decidido que no les interesaba o incluso recibir un puñetazo en la boca del estómago por haberse atrevido a quitarle a un alumno el i-Pod o el móvil en clase cuando no debían tenerlo encendido y tener que afrontar una denuncia de los atentos papás por robo o por injurias, habiéndole llamado al niño/a "maleducado", "gamberro" o "salvaje". Y hasta ahora he tenido una suerte tremenda, porque no ha sido mi caso. Pero hay clases que son verdaderas jaulas de tigres y hay que tener mucho, muchísimo estómago, muchos huevos para entrar en ellas. Y hay centros (demasiados, muchos más de lo que imaginamos) en los que no es extraño no ya oler a tabaco en algunos lugares específicos (recordando, de paso, que nadie puede fumar en un centro educativo, ni profesores ni mucho menos alumnos) sino directamente a marihuana... Para lo cual es preciso el necesario trapicheo previo.

Y, sin embargo, a pesar de todo eso, les quieres y sientes una inmensa lástima por ellos. Les quieres porque a veces no tienen a nadie más que lo haga, y les tienes que aguantar demasiadas cosas con infinita paciencia por compasión, por miedo, incluso, a sus reacciones y porque no pierdes la esperanza de recuperar al menos un poquito de la buena persona que aún pueden llevar dentro. Y son unos hijos de mala madre y de peor padre, y no cuentas con el apoyo de sus familias (muchas veces desestructuradas), y tienes ganas de meterles dos hostias bien dadas (las que no recibieron cuando deberían), pero tienes que callar, y aguantarte hasta límites insospechados. Hasta que, naturalmente, la cuerda se rompe de tanto tensarla y viene la depresión, la dejadez y el abandono... La nuestra es una profesión vocacional que requiere, lo primero de todo, amor hacia lo que haces, hacia cómo lo haces y, sobre todo, hacia quienes son los destinatarios de tu trabajo, que son los alumnos. Y hay que valer para ejercerla. No todo el mundo está capacitado ni tiene la valentía suficiente para hacer frente cada día a los sinsabores que te esperan detrás de la puerta de un aula. Por muchas alegrías que también puedas tener y que, en el cómputo general al término de tu tarea cotidiana, son mucho más magras que las desilusiones. Pero aún así, hay gente que tiene el cuajo de decir que todo eso son gajes del oficio y que todo entra en el sueldo que alegremente cobramos a fin de mes...

A todos esos tal vez habría que recordarles que nuestro trabajo es el de docentes. No el de policías, ni el de psicólogos, ni el de padres adoptivos de unos hijos que nos vienen adjudicados a dedo y con cuyos padres naturales, a veces, te toca luchar también (a brazo partido, creedme) porque no admiten autoridad alguna sobre sus hijos por encima de la que ellos no saben, no pueden o no quieren ejercer. Yo he oído a uno de ellos soltar alegremente en una reunión que "los profesores tenemos que ganarnos el respeto de los alumnos". Así, como suena. No "enseñar", no. Lo primero, "ganarnos el respeto". La autoridad no se transmite en casa, en la educación diaria, en la labor familiar... No es labor de los padres. Hay que ganársela en el aula. Con dos cojones.

Por eso quiero en esta entrada hacer un elogio del profesor, del docente, del profesional comprometido. Y no me refiero a mí sino a Sofía, por ejemplo, una de las mejores jefes de estudios con las que he trabajado nunca. O Isabel, la directora, o Samanta, la orientadora, idem de idem. O a José Antonio, el de Ciencias Naturales. O a Maite, de Matemáticas. O a Javier Galdeano (de la Unidad de Intervención Educativa Especial, la UIEE, los GEOS de la enseñanza, como yo los llamo), Julio (un verdadero ejemplo de compañero, de profesor y de persona), Pilar (una delicia de mujer, una auténtica profesional, con una sensibilidad que ya la quisieran muchos padres que se dicen preocupados por sus hijos), Alejandro, Mari Mar, Concha, Sara y tantos y tantos otros que, sólo en el IES donde trabajo, dan el callo todos los días por su vocación y por sus desvelos, sinsabores y alegrías...

Ahora, hacedlo extensivo a todos los profesores de todos los centros que, dicho sea de paso, muchas veces aún lo pasan peor que nosotros...

Y contadme después lo bien que vivimos los profesores, que no nos ganamos el sueldazo que cobramos (y que, os aseguro, no es para tanto, sobre todo cuando te aplican un 40% de IRPF en la nómina y te cagas en la madre que parió a los ajustes).

jueves, 3 de diciembre de 2009

Carta de un imbécil

A veces en esta vida uno se lleva sustos. Y además, sustos innecesarios, por comportarse como un imbécil

Yo ya hacía tiempo que me encontraba mal. No era nada especialmente doloroso, pero sí persistente y molesto. Dolores de cabeza... Malos despertares... Pesadez en las piernas... Y, naturalmente, ese agujero del cinturón cada vez más abierto, esa ropa que antes me podía poner y ahora no...

Y como un perfecto imbécil, lo echaba todo al trastero fingiendo que estaba como una rosa. Y sin tomarme las pastillas porque... p'a qué, si me encontraba razonablemente bien... Ya se me pasará...

Pero no se pasaba. Al principio me dolía la cabeza uno o dos días cada mes... Luego fue cada quince días... Y últimamente, no había semana que no me doliese al menos tres o cuatro días seguidos...

Y la familia avisando. Y el pesado de mi padre metiéndose conmigo. Y mi hermana, y mi tía, y mis amigos... Y yo, como un imbécil, pasando de todo y poniéndome morado, comiendo lo que me daba la gana, sin orden ni concierto, sin dieta ni Dios que te lo crió...

Hasta que fui a la revisión médica, más que nada por no escucharlos más... Y también ¿por qué no decirlo?... porque tenía ya algo de miedo. A los 43 años conozco gente que le ha dado ya un jamacuco. Y me queda mucho por hacer...

Así que fui al médico. Y salí blanco. 147 kilos. 20-13 de tensión. Triglicéridos, colesterol, diabetes... de todo. El buen caballero no me dejó salir de la MAZ sin tomarme una pastilla para que me bajase la tensión. Y me suplicó que fuese al médico de cabecera ipso facto, esa misma tarde, porque estaba al borde de... algo. Un infarto, un ictus, un derrame cerebral...

Jodo

Te planteas las cosas de otra manera. Fui al de cabecera y me puso firmes. La doctora Ana Hernández. Que, dicho sea de paso, es una señora estupenda. Pero eso es lo de menos. Viendo a mis sobrinos, a mis amigos en esos eventos de Fidelis Regi, a mis compañeros de trabajo, a mis alumnos... me dije que todo eso era muy importante, demasiado importante y maravilloso para echarlo todo por la borda por ser un perfecto imbécil.

Así que reflexioné. La Muerte no entra dentro de mis planes, al menos a corto plazo, y cuando te dicen que de seguir así a los 45 no vas a llegar... pues te cagas por la pata abajo.

Así, pues, a todos los que tratábais de impedir que siguiera siendo un imbécil... A mi padre... A mi madre. A mis tíos. A mis hermanas Susana y Elena... A mis sobrinos Miguel Ángel, Rafael, Leonardo y Raquelita (que algún día me los voy a comer vivos de lo ricos que son). A José Luis y a Juan, mis cuñados. A Rafa, a Jesús, a Luis, a Carlos, A mi admirado Ximeno Cornel, a Rocío, a David, a Ana... a todos ellos... A mis compañeros de trabajo. A mis alumnos... Y también, por qué no, a Izaskun, que no deja de ser una buena ayuda a pesar de lo poquísimo que la conozco y de lo estupenda que es... A todos os quería decir que el imbécil ha dejado de serlo. Que sois todos demasiado importantes para perderos por seguir siendo un imbécil, por no hacer nunca caso de nadie, por hacer mi santa voluntad y no cuidar de mí mismo. Que es todo demasiado bonito y que tengo demasiada suerte para jugar con mi salud...

Y que gracias, de verdad, a todos por estar ahí. Cuidándome como yo no he sido capaz de hacerlo.

Llevo quince días con un nuevo plan de vida. Comida sana. Medicación adecuada. Control médico... Y ya se nota. La tensión ha bajado, los dolores de cabeza ya no me atormentan, he perdido siete kilos y me empieza a caber ropa que hace meses no me podía poner, sin que me importase un bledo. Seré imbécil... Y ahora sé que me queda un largo trecho de vida cuidándome por todos los años que no lo he hecho.

No me abandonéis... Os necesito. A todos.

Enrique

miércoles, 28 de octubre de 2009

II Jornadas Medievales de la Villa de Luna



Era el año de nuestro Señor Jesucristo mil doscientos y setenta.

Yendo un día de paseo por la zona de Biar, al llegar a Onteniente, se acercaron al séquito real de Jaime I, dos hombres de Zuera, los cuales con gran algarabía y golpes de pecho narraron cómo en una emboscada que hizo Don Artal de Luna con caballeros y peones mató a veintisiete hombres de dicha villa.Ante esas noticias y al constatar de nuevo que los aragoneses no pedían la venia real para apañar sus asuntos, volvió el rey a Valencia y de allí a Aragón para poner orden en sus tierras y meter en cintura a los contumaces y cabezones ricoshombres de Aragón que hacía como popularmente se dice “de su capa un sayo”, y únicamente se debían a sus fueros, dejando de lado a la justicia del rey y al poder de la corona.

Fue citado en Zaragoza Don Artal de Luna, pero sólo a la tercera citación del rey se presentó, de manera que se promovío la demanda y el pleito de los de Zuera a causa de los hombres que había matado en aquella celada.

Pero latente en la relación de Jaime con sus súbditos estaba la relación con sus hijos Pedro y Ferrán. El primero demasiado volcado en los intereses de tierras del Langedoc y el segundo convertido en adalid de la nobleza aragonesa.

El Conquistador pasó varios meses controlando a unos y a otros y preparando un escarmiento en Luna, pues según palabras del propio monarca:

─¡La quimera no es plausible en el arte de la política! ¡Ni la desobediencia a Roma!

Los escribanos de la cancillería real comenzaron noviembre redactando más cartas. En unas el monarca citó a los caballeros en honor y a los concejos en distintos sitios. En otras ordenó hacer saetas de estribo y de dos pies a los bailes. Nunca la corona se había armado tanto contra sí misma.

¿Qué era de los vasallos del rey de tantas glorias?

Tras convocar a la mesnada aragonesa, entre otros a los hijos de doña Teresa Gil, don Jaime fue contra Luna.

El castigo contra Artal de Luna debería tener categoría de “ejemplar.”


Nuevamente el Ayuntamiento de Luna promueve las II Jornadas Medievales, organizadas por el grupo de recreación Fidelis Regi. Serán los días 7 y 8 de noviembre del presente año 2009, durante los cuales luneros y visitantes tendrán el privilegio de contemplar cómo la muy noble villa de Luna se traslada en el tiempo hasta el siglo XIII para rememorar el ataque de las tropas reales de don Jaime I sobre las de don Artal de Luna, que había osado ofender su autoridad al tender una celada a los zufarienses.

En esta ocasión serán muchos más los grupos recreacionistas presentes en las jornadas, llegados de Aragón, Cataluña, País Vasco, La Rioja y Valencia, pasando del centenar los caballeros y villanos convocados.

Pero lo que dotará a estas jornadas de especial interés es que su rigor histórico se pretende que sea irreprochable. Quienes los próximos días 7 y 8 de noviembre se aproximen a la bellísima localidad zaragozana se verán inmersos en un campamento militar del fascinante siglo XIII con todos sus elementos de cultura material intactos, en un auténtico viaje en el tiempo durante el cual se oirá rezar en latín, cantar en occitano, cocinar en fuego de leña, escribir con cálamos y plumas, combatir con espada, hacha, mangual y escudo e investir a un caballero aragonés con sus armas y pertrechos mientras se contempla la panoplia de un soldado de las tropas de don Jaime I de Aragón.

He aquí el programa de las jornadas:


jueves, 15 de octubre de 2009

¿Profesor o Caballero?

Una mezcla de vocaciones. Y es que la Corona de Aragón tira mucho...

De profesor a caballero ( El Periódico de Aragón - 23/04/2007 )

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Pintura románica aragonesa: Bagüés



Si hay un estilo artístico que transmite una religiosidad profunda y sincera desde el deseo de mostrar las imágenes sacras para ser comprendidas y admiradas por todo el mundo, ése es el arte románico.

La pintura románica aragonesa, minusvalorada por la magnífica pléyade de obras procedentes del ámbito catalán (Taüll), participa plenamente de esa magnificencia, plasmada en unos frescos llenos de vida, de planos colores vívidos separados por líneas robustas que delimitan perfectamente unas figuras muy expresivas dentro de su simbólica ingenuidad. Muy poca gente del medievo sabía leer (y mucho menos escribir), por lo que la escultura, el relieve y la pintura se convertían en verdaderos "sermones de piedra" que cubrían paredes, portadas, ábsides y claustros con una clara intención didascálica, aleccionadora, didáctica e incluso a veces admonitoria (el Pantócrator o Cristo en Majestad de San Clemente de Taüll, en Lérida, -a la izquierda- resulta sobrecogedor y no cuesta nada imaginar la impresiónque debía causar a sus contemporáneos).


Pero aquí, en nuestro Aragón, el espléndido Museo Diocesano de Jaca atesora uno de los más impresionantes conjuntos de pintura mural románica aragonesa que imaginarse uno puede. Entre sus muchos tesoros, en él se encuentra el ábside de la iglesia parroquial de Ruesta:





... así como el impresionante conjunto pictórico de la iglesia de San Julián y Santa Basilisa de Bagüés:



Si los frescos de San Isidoro de León son considerados como "La Capilla Sixtina del Arte Románico castellano" podemos muy bien decir lo mismo de estos frescos de Bagüés en lo referente a Aragón. Se trata de un programa decorativo que fue rescatado de la iglesia de este pueblecito zaragozano a orillas del pantano de Yesa, cuya creación amenazaba con inundarlo por completo y echar a perder las pinturas, que fueron arrancadas, restauradas y trasladadas a Jaca a finales de los años 70, no sin que se lamentase la pérdida de casi el 90% del fabuloso conjunto debido a las humedades que atacaron la pared sur, expuesta al pantano.

Lo que hoy podemos contemplar de ellas, sin embargo, sigue siendo sobrecogedor: todo un edificio con las paredes pintadas con riquísimos, bellísimos e interesantísimos frescos que reflejan el ciclo del Nacimiento, Pasión y Muerte de Cristo de un modo deliciosamente ingenuo pero con una fuerza dramática y una tensión extraordinarias.

Fijáos, por ejemplo, en este detalle:




La expresividad es fabulosa, representa el momento del beso de Judas y el corte de la oreja de Malco por San Pedro. Observad (a la izquierda) cómo los cuerpos de los apóstoles se inclinan hacia atrás como aterrados por el horroroso grito de dolor del esclavo al que están cortando la oreja... Mientras, a la derecha, Judas besa al Maestro mientras los sayones prenden a Jesús por las manos... ¿Cabe mayor definición y dramatismo en una escena tn compacta? Yo creo que ahí radica la extraordinaria belleza de la pintura románica.

Y Bagüés, desde luego, es un conjunto que ninguno de nosotros -amantes de la Edad Media- deberíamos perdernos.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Adios, Draco...


Venían esta tarde del Este nubes de tormenta nuevamente...



Algo querían anunciar, algún mal augurio presagiaban, pues desde Peracense aprendimos a mirar los cielos con respeto y temor.




Mas al fin la tormenta ha descargado con toda su fuerza sobre mi corazón, dejándolo muy mal quebrantado en mil pedazos.




Era una presencia alegre, remoloneando por entre las mesas y las sillas, acurrucándose a nuestros pies, dejándonos acariciar su generosa cabezota, mirándonos con ojos tranquilos y felices mientras jadeaba...




Era un Fidelis más, un fiel compañero, un amigo que compartía nuestras alegrías y tristezas y disfrutaba de nuestra compañía allá donde viniese.




Era bueno... A dezir de algunos, hasta un poco tonto, pues no mostraba sus defensas ni aún provocándolo. Por eso los niños lo querían tanto y él les soportaba tantas cosas...




Se ha ido. En silencio, sin buscar culpables. Era su hora. Tal vez nuestro señor don Pedro II el Católico necesitaba a su lado al más fiel de sus Fideles Regi.




No se puede contradecir la voluntad de un rey.




Adiós, Draco, querido amigo... Hasta siempre




Hoy el dragón de Fidelis está llorando.




Y el escribano también.

martes, 15 de septiembre de 2009

DOÑA LEONOR Y ALONSILLO (fantasía erótica medievaloide)



Corrían tiempos de guerra en Aragón y el barón de Ejulve, don Fadrique, hombre celoso y de malas pulgas, debía partir a luchar contra los moros. Mas era su mujer, doña Leonor, muy bella dama, y muy sensual, joven y lujuriosa y temía el señor conde que durante su ausencia pudiera conceder sus deliciosos favores a algún buen mozo de la corte, que ya el noble caballero se había percatado de cómo miraban a su esposa algunos de sus criados más jóvenes. Así pues, decidió don Fadrique colocar a doña Leonor el virtuoso cinturón de castidad, cerrándolo con un candado para evitar que nadie plantase árbol alguno en el bosque que por derecho de matrimonio a él sólo pertenecía...

Cogió, pues, el barón la llave que su honra guardaba y la metió satisfecho en su cinto, llevándola con él a tierra de moros y dejando a su esposa muy apesadumbrada, sin duda por la separación de su marido. Pero aún no se había disuelto en el aire el polvo levantado por el último de los caballos de su mesnada cuando ya doña Leonor llamaba a su lado a un muy hermoso doncel de nombre Alonsillo para que sustituyese a don Fadrique en el recién abandonado lecho.

Llegó presuroso Alonsillo a la cámara de sus señores y al descubrir el odioso cinturón en torno al airoso talle de la bella, rompió el pobre muchacho en lamentos, pues ya veía su gozo en un pozo y sus ardores sin agua que los calmase. Risueña y traviesa doña Leonor, dijo al joven Alonsillo que no se apurase, que fuese a la herrería del castillo y trajese utensilios adecuados para quebrantar el incómodo artefacto que sus partes más sensibles atenazaba y cuyo sabor prometía al muchacho que iba a permitir catar.

Iba Alonsillo a protestar con buenas razones, pero al ver ese cuerpo deseoso de pasión, sintió crecer desmesuradamente cierta parte de su cuerpo y no pensó más. Fue el criado a la herrería, trájose de ella tenazas, cizallas y otros instrumentos, rompió delicadamente con ellos el cinturón que la cintura más deseada ceñía y... lo que a continuación ocurrió no creo necesario describirlo porque la mayoría de quienes me escuchan saben de qué hablo, y los que no lo saben no deberían estar aquí...

Hasta tres años transcurrieron mientras el señor don Fadrique ganaba títulos y tierras en el sur mientras su esposa gozaba con su Alonsillo, uno en brazos de la otra y viceversa, aunque en secreto para no estar en boca de todos y poniendo precaución con bebedizos y otros remedios para no quedar encinta la dama. Cada vez que el joven semental hacía saber a su amada sus preocupaciones a propósito del momento del retorno de su señor, lo callaba la dama con sus besos y le susurraba al oído que hablase menos y cabalgase más, pues todo estaba bien calculado de antemano. Ante lo cual el muchacho no tenía más remedio que obedecer con todo su pesar...

Y como todo pasa en esta vida, pasó también el tiempo y un buen día llegaron al castillo heraldos que traían la nueva de que don Fadrique, señor de Ejulve, entraría en sus tierras de ahí a una semana y que todo debía estar preparado para una gran fiesta, pues muchas eran las riquezas atesoradas en sus victoriosas batallas contra los enemigos de Cristo.


Entonces doña Leonor púsose en acción y ordenó a sus criados que se reuniesen con ella en el salón del castillo, dictando entonces la dama de modo muy autoritario, claro y conciso una serie de instrucciones que debían ser muy derecha y rápidamente obedecidas si no querían los plebeyos sufrir la cólera de la dama y de su noble esposo. Mandó doña Leonor cubrir con paños de luto todas las estancias del alcázar, ordenó a Alonsillo que preparase en el panteón de la fortaleza una pequeña tumba con su lápida sin nombre en ella y dejó bien establecido que nadie debía responder a pregunta alguna del conde sin su permiso ni consentimiento, limitándose a poner triste semblante y guardar silencio ante el señor cuando llegase.

Y así se hizo. Por su parte, la dama vistióse ropas de luto y esperó encerrada en sus aposentos la llegada de su marido ensayando muecas de dolor y expresiones de gran tristeza. Llegó el día jubiloso en que don Fadrique traspasó las poternas de su castillo con gran alegría y deseos de volver a abrazar y besar a su dama cuando el conde se extrañó sobremanera al ver que nadie salía a recibirle y que todo el recinto rezumaba luto y dolor. Cada vez más extrañado, preguntó a sus criados qué cosa ocurría para tan triste celebración de su regreso, pero nadie supo responderle, quedando todos cabizbajos, silenciosos y serios.

Arreció el barón su voz llamando a doña Leonor y el mismo Alonsillo díjole al conde que su esposa estaba en su alcoba, aguardándolo. Y allá se dirigió el noble caballero con el alma en un puño y alas en los pies, para encontrar a su esposa llorando, vestida de luto y abrazada a una pequeña manta. De boca de su adorada esposa supo don Fadrique que dos años atrás, tras su partida a la guerra contra el moro, dejaba el conde a su esposa la simiente de un infante en su vientre. Supo también que el embarazo se había visto en peligro por causa del maldito cinturón de castidad, que presionaba al niño impidiendo su normal desarrollo hasta tal punto que el incómodo artilugio debió ser quebrantado para permitir el feliz alumbramiento del infante. Pero tarde fue tomada la decisión, ya que el pobre niño nació muerto... Ordenó entonces la desdichada madre enterrar al neonato en el panteón familiar sin nombre ni fecha que lo recordase, pues no había podido ser bautizado. Y asimismo dio orden estricta de que el maldito armatoste que había matado al hijo del conde fuese fundido para siempre y con su metal se fabricasen cadenas para los perros.

Grande fue la tristeza de don Fadrique ante tan horrorosas noticias. Bajó el noble al panteón, rezó ante la vacía tumba de su primogénito, lloró abundantes lágrimas, guardó el luto prescrito por la Santa Madre Iglesia y juró a su esposa que jamás volvería a ceñirle el horrible instrumento de tortura, ante el secreto regocijo de la dama.

Y efectivamente, así sucedió que cuantas ocasiones fue don Fadrique requerido para unir sus mesnadas a las del rey de Aragón, dejaba a su esposa libre de hacer con sus encantos lo que apeteciera, y poco a poco fueron correteando por el castillo pequeños Fadriquitos y algún que otro Alonsillo mientras el noble señor rascaba los techos de sus aposentos con su frente tan guarnecida de cuerno...

Vean vuesas mercedes lo que la mujer es capaz de discurrir cuando quiere hacer cumplir su voluntad. Líbrenos Dios de sus tretas...

viernes, 28 de agosto de 2009

De nuevo en la vieja Zufaria...

Esto se acaba. El verano, digo.

Lamento recordároslo pero de aquí a poco será de nuevo difícil encontrar aparcamiento en la puerta de casa, habrá que llevar a los niños a la escuela y la playa, la montaña, los paisajes idílicos y los países lejanos se quedarán en el recuerdo y la vida cotidiana volverá a marcar el curso del tiempo...

Ya sé que no todos tenéis la suerte de ser profesores, qué le vamos a hacer, mis esfuerzos me ha costado y el que tenga envidia que reclame al maestro armero, pero hasta a nosotros nos llega el comienzo del curso y el retorno a las aulas. Un par de meses pasan volando, parece mentira. Y para este curso de nuevo he tenido la fortuna de pillar plaza de interino en la vieja Zufaria, donde impartí clases el año pasado.

En unos días me darán las credenciales, iré a entregarlas al I.E.S. Gallicum de Zuera y... al tajo, que ya iba siendo hora... Otra vez ante los alumnos, otra vez con los compañeros, otra vez con las lecciones, los exámenes y las juntas de evaluación...

Tempus fugit, que decía el filósofo...

miércoles, 26 de agosto de 2009

El Beato de Gerona (970)



A mediados del siglo VIII, en el monasterio de San Martín de Turieno (hoy Santo Toribio de Liébana, Cantabria), vivió un monje benedictino llamado Beatus, aunque probablemente su procedencia fuese toledana o aún andaluza, según distintas hipótesis. Era un monje de amplia formación teológica y humanística y de su mano se sabe que salieron varias obras, pero entre todas ellas destacan sus Comentarios al Libro de la Revelación, una serie de reflexiones sobre el libro del Apocalipsis de San Juan, que narra la versión cristiana del Fin de los Tiempos y que tuvo una influencia destacadísima en los albores de la Edad Media. Realmente es una obra de erudición pero sin gran originalidad, hecha sobre todo de compilaciones. Beato toma extractos más o menos largos de los textos de los Padres de la Iglesia , especialmente San Ambrosio, San Ireneo y San Isidoro. También está el comentario del Libro de Daniel por San Jerónimo

La organización de los Comentarios de Beato está considerada por algunos investigadores como torpe y el texto a veces es redundante o contradictorio. En definitiva, se trata de una producción un tanto timorata, no dando pruebas de un gran espíritu de innovación. Así entonces... ¿Cómo tal libro, escrito en 776 y alterado diez años más tarde, ha tenido tal impacto durante cuatro siglos? Si la parte de Beato es muy reducida, la obra tiene por el contrario una traducción latina íntegra del Apocalipsis de Juan, lo que puede en parte explicar su notoriedad.

Hay que tener en cuenta que cuando Beatus escribe su obra, la Península Ibérica acaba de ser conquistada por los musulmanes. Los cristianos se encuentran después de 711 ante el Islam como lo habían estado ante el Imperio Romano. No pueden practicar su culto durante el día; campanas y procesiones están prohibidas; las iglesias y los monasterios destruidos no pueden reconstruirse; las persecuciones toman a menudo un cariz sangriento. El Apocalipsis se presenta entonces como el libro de la resistencia cristiana. Los grandes símbolos toman un nuevo sentido. El Apocalipsis, que se había interpretado como una profecía del final de las persecuciones romanas, se convierte en el anuncio de la Reconquista. Es una promesa de entrega y castigo. El desciframiento es sencillo para las masas que creen, y este libro termina por adquirir, en la España ocupada, más importancia que los Evangelios. Es un mensaje de esperanza...

Sin embargo, la mayor difusión de la obra de Beato de Liébana no se producirá en este momento sino dos siglos más tarde, cuando el califato de Córdoba da sus últimos coletazos y la figura de Almanzor y su hijo Abd al-Malik se yerguen amenazadoras sobre la seguridad de los nacientes reinos cristianos. La cabalgadas, asaltos y expediciones de castigo musulmanas en tierra cristiana se multiplican a finales de siglo X (ataque a Santiago de Compostela por Almanzor en el 997) y comienzos del XI (expedición de Abd Al-Malik a la Ribagorza aragonesa en 1006) y es precisamente entonces (en realidad a lo largo de los ss. X y XI) cuando los Comentarios al Libro de la Revelación cobran nuevo interés y son bellísimamente iluminados y copiados en numerosos monasterios mozárabes.

Quedan una treintena de manuscritos coloreados del Comentario del Apocalipsis redactado por Beato. Veinticinco están completos. Veintidós tienen coloraciones. Pero una decena solamente pueden considerarse como antiguos. Uno de ellos es el que se conserva en la catedral de Gerona, como veíamos en la entrada anterior.





El famosísimo Beato de Gerona (970) fue realizado por el monje Emeterio y la monja Ende en el siglo X. Está escrit sobre pergamino y tiene 568 folios escritos a dos columnas y 114 miniaturas (algunas de ellas a toda una página e incluso doble página). Un detalle muy curioso que lo diferencia de los demás conservados es que los ojos de los personajes tienen la pupila unida al párpado superior, lo que les da una apariencia calmada, beatífica. Es el beato con más ilustraciones conservado y fue donado a la Catedral de Gerona en 1078. Se cree que su origen es leonés y que posiblemente se llevó a cabo en el Monasterio de Tábara, en la provincia de Zamora.

Como vemos, otra muy buena razón para visitar esta bella ciudad catalana, su catedral y su museo catedralicio...




lunes, 24 de agosto de 2009

El Tapiz de la Creación (Gerona, siglo XI)


Habitualmente cuando hablamos de tapices en el mundo románico, el primero que se nos viene a la cabeza es el fabuloso de Tapiz de Bayeux, una obra maestra de casi 70 metros de largo por medio metro de altura, realizado a finales del siglo XI y donde se narra con todo detalle la expedición de conquista del duque Guillermo de Normandía a Inglaterra en 1066 y la batalla de Hastings, en la cual resultó muerto el rey sajón Harald y los normandos consiguieron hacerse con el control de las islas británicas.


Sin embargo en España contamos con otra obra maestra de la tapicería europea, contemporánea o, si cabe, aún más antigua que el tapiz de Bayeux, ya que sabemos que se encontraba en Gerona entre finales del siglo XI o principios del XII y es probable que fuera tejido allí mismo. Se trata del Tapiz de la Creación, aunque propiamente no se trata de un tapiz sino de un bordado. La diferencia estriba en que en el tapiz la escena se teje mediante una urdimbre de diferentes colores (hilos horizontales) sobre una trama (hilos verticales), mientras que el bordado se realiza tejiendo un modelo dibujado sobre una tela ya finalizada.


Al parecer el Tapiz de la Creación constituía un baldaquino destinado a servir de fondo tras el altar mayor de la catedral gerundense, ocultando a la vista el ábside del templo y sirviendo de referencia visual al oficiante, ya que hasta el Concilio Vaticano II el sacrificio de la Eucaristía se celebraba con el sacerdote de espaldas a los fieles. El tapiz tiene unas dimensiones de 3,65 x 4,70 metros y su programa iconográfico es en verdad sorprendente: en torno a la imagen de Cristo Pantócrator como Creador del mundo, rodeado por la leyenda Dixit quoque Deus eiat lux et factae lux ("Dijo entonces Dios hágase la luz y la luz se hizo"), se despliegan ocho escenas que representan los diferentes episodios de la creación del mundo descritos en el Génesis, desde la formación del firmamento hasta la creación de Adán y Eva. Estas escenas se hallan bordeadas por las primeras palabras del mismo libro del Génesis:

In principio creavit Deus coelum et terram, mare et omnia qua in eis sunt et viit Deus cuncta que fecerat et erant valda bona

"Al principio Dios creó cielo y tierra, el mar y todas las cosas que en ellos se encuentran. Y Dios vio que todo lo que había creado era bueno."

Los cuatro espacios que restan entre el círculo central y el cuadrado con el calendario están ocupados por los Cuatro Vientos representados por figuras de jóvenes a la manera romana; tienen alas en la espalda y en los pies, se dejan llevar cabalgando sobre recipientes de cuero llenos de aire y cada muchacho sopla dos cuernos a la manera tradicional. Están colocados en los ángulos de la segunda circunferencia, formando un cuadrado que tiene alrededor las franjas de otro ciclo iconográfico relativo al paso del tiempo; en los ángulos de estas franjas hay los cuatro ríos del Paraíso, dentro de círculos y que se representan simbólicamente a la manera tradicional, mostrando unas jarras que vierten agua.


Por último, rodeando todo el Tapiz se encuentra una banda dividida en escenas cuadradas. En las bandas laterales se representan los meses: a la izquierda del espectador, a partir de febrero hasta junio, y a la derecha con solo fragmentos, desde julio hasta octubre. Debajo de febrero hay un círculo donde está representado el Sol como domingo (Dies Solis), sobre un carro tirado por una cuádriga y, en el lado opuesto, junto al mes de octubre, dentro de otro círculo se encuentra la representación de la Luna como lunes con un carro tirado por bueyes.


El ciclo de la franja inferior se cree que debía constar de tres tiras, pero sólo se conserva parte de la primera: la emperatriz Elena de Constantinopla habla con los judíos en Jerusalén, uno de ellos busca la Cruz y encuentra tres. La siguiente escena correspondería a la emperatriz colocando la Vera Cruz sobre una tumba, haciendo resucitar milagrosamente la reliquia al difunto. Esta escena, así como las que pudieron acompañarla, se han perdido.


En definitiva, una obra maestra, com ya hemos dicho, conservada en una de las más bellas catedrales españolas cuya visita os recomiendo vivamente. Además, podréis disfrutar de la contemplación del famoso Beato de Gerona, de una belleza extraordinaria, iluminado por una monja llamada Ende, lo que hace merecer con mayor motivo una visita a esta fantástica ciudad catalana. De él hablaremos en otra entrada...





viernes, 21 de agosto de 2009

Cumpleaños feliz...



Bueno, pues han caído los 43. El 19 de agosto...

No es una edad avanzada, ni tampoco especial. Hace ya tres años que cargo con la cruz de los 40 y, la verdad, tampoco es que me suponga un esfuerzo adicional. Dicen que uno tiene la edad que le marca su corazón, no sus años, y yo en algunos aspectos no he pasado de los 17 o, como mucho, la mayoría de edad. Por suerte o desgracia todavía conservo la capacidad de asombrarme por cosas por las que mucha gente de mi quinta ya está de vuelta y ya no les extraña nada.

Dejad que os cuente un secreto...


Hace unos años (creo que estaba a punto de cumplir los 35 o por ahí) escuché una mañana a mi madre conversando con mi hermana. Yo estaba en mi habitación, ya despierto, (el castillo de Zufaria aún estaba en el aire y la República Independiente de mi Casa se reducía a una habitación en la de mis padres) y ellas creían que aún dormía. No recuerdo exactamente las palabras, pero la conversación giraba en torno a mí. Y en esencia trataba de que a pesar de mi ingenuidad y de que la vida me destinaba muchos varapalos como fruto de mi falta de madurez para algunos asuntos, a ellas les gustaba esa forma de ser. Porque cierta inocencia trae consigo inevitablemente la bondad de corazón, y eso es sinónimo de buena persona. Lo mejor que uno puede tener escrito en su epitafio cuando le llega la hora... quiera Dios que dentro de muchos años.

Inocentón, inmaduro, falto de malicia, sincero... buena persona. Es una definición agridulce y tal vez no demasiado exacta, pero a pesar de todo me sigue gustando. Porque quien pierde por completo la capacidad de asombro y la confianza en que todavía quedan buenas personas en el mundo se convierte en una especie de Arturo Pérez-Reverte (el "lúcido" por excelencia) pero sin talento. Y eso es algo que me mortificaría bastante.


Por fortuna cuento con buenos asesores. Ante todo, mi familia, y especialmente mi madre (que siempre ha tenido una palabra, un abrazo, un beso y un gesto amables tanto en lo bueno como en lo malo) y mi padre, que es el ser más plasta, más pesado y más agonías que he conocido jamás ("apaga la luz, recoge ese libro, no comas tanto..." a veces me vuelve loco, de veras), pero al que quiero con todo mi corazón y quien me ha sacado de apuros y me ha evitado alguna que otra metedura de pata más que memorable. Luego mis hermanas, unas cabezas bastante más asentadas que la mía, siempre velando por que no cometa ninguna locura. Y también los amigos, que a pesar de mis meteduras de pata, incomprensiblemente, siguen confiando en mí y guardándome su amistad como un tesoro.


En fin... 43 años...
Y que dure...

martes, 4 de agosto de 2009

Una buena acción

Hoy he ido a visitar a mi madre al hospital. Gracias a Dios, está ya casi repuesta de un susto que nos dió la semana pasada y probablemente en unas horas le darán el alta.

Ha pasado estos días tristes de enfermedad junto a una compañera de habitación, una anciana llamada Toñi, a la que acompaña su hija Charo, que la trata con un cariño, una ternura y una dedicación admirables.


Toñi tiene cáncer de hígado. Está deshauciada, y aunque los médicos la han operado de urgencia esta misma mañana, Charo sabe que su madre no saldrá viva ya del hospital. A pesar de ello, o quizás especialmente por ello, los cuidados que le procura son dignos del más fiel, amoroso y entregado de los hijos...

Hoy había prometido llevarle a Charo y a Toñi unas fotos de los últimos medievales para que viese lo bien que lo pasamos y lo curioso de nuestra indumentaria. Como no las he encontrado, he decidido llevarme el traje nuevo que estrené en Anento y ponérmelo en la habitación para que lo viesen.

A Toñi la han cambiado de habitación, ahora está en la de enfrente. Así que después de saludar a mi madre, me he dirigido a la habitación de Toñi para enseñarle el traje. Estaba dormida, pero a pesar de todo me lo he puesto para que lo viese su hija Charo... Entonces la anciana (entubada, con goteros, con mascarilla, enchufada al oxígeno y con un cuerpo que poco a poco se va consumiendo sin remedio) me ha mirado, ha sonreído y me ha dicho:

"¡Madre mía, qué majo estás!"

No era ninguna revelación, ningún momento mágico ni nada por el estilo. La pobre mujer me ha mirado con cara de alegría (siempre ha sido una mujer fuerte y alegre, según me ha contado su hija), ha sonreído con la boca y los ojos y por unos instantes ha sido un poquito más feliz. Al menos, ha visto algo más que los cuidados de su hija y la fría habitación de un hospital.

Luego he pasado a la habitación de mi madre, vestido con el traje, y ella y mi padre me han mirado con reprobación y vergüenza, como si no me conociesen. "¿Dónde vas haciendo el payaso de esa manera?", me ha dicho mi padre...

Pero me importa un bledo...

Hoy he hecho una buena acción... Me lo han dicho los ojos de una anciana moribunda.

domingo, 2 de agosto de 2009

La responsabilidad de educar



He aquí un texto muy apropiado para quienes tenéis hijos. Os recomiendo, como profesor, que lo leáis:

La Dirección General de la Policía de Seattle (Washinghton) ha confeccionado un informe que entrega a los padres cuando los hijos son llevados a la comisaría por haber hecho algo incorrecto. También lo han entregado a los colegios para que lo difundan entre las familias.

Este informe pretende llamar la atención de los padres sobre su enorme responsabilidad y sobre la tremenda influencia que con sus malos ejemplos y una errónea formación pueden ejercer sobre sus hijos.


He aquí los diez puntos del informe:


1. Dadle todo cuanto desee: así crecerá convencido de que el mundo entero se lo debe todo.


2. Reídle todas sus groserías, tonterías y salidas de tono: así crecerá convencido de que es muy gracioso y no entenderá cuando en el colegio le llamen la atención por los mismos hechos.


3. No le déis ninguna formación espiritual: ¡ya la escogerá él cuando sea mayor!


4. Nunca le digáis que lo que hace está mal: podría adquirir complejos de culpabilidad y vivir frustrado; primero creerá que le tienen manía y más tarde se convencerá de que la culpa es de la sociedad.


5. Recoged todo lo que vaya dejando tirado: así crecerá pensando que todo el mundo está a su servicio; su madre la primera.


6. Dejadle ver y leer todo: limpiad con detergente, que desinfecta, la vajilla en la que come, pero dejad que su espíritu se recree con cualquier porquería. Pronto dejará de tener criterio recto.


7. Discutid delante de él: así se irá acostumbrando, y cuando la familia esté ya destrozada lo encontrará de lo más normal, no se dará ni cuenta.


8. Dadle todo el dinero que quiera: así crecerá pensando que para disponer de dinero no hace falta trabajar, basta con pedir.


9. Que todos sus deseos estén satisfechos al instante: comer, beber, divertirse,…¡de otro modo podría acabar siendo un frustrado!


10. Dadle siempre la razón: son los profesores, la gente, las leyes quienes la tienen tomada con él.


El informe de la policía de Seattle, dirigido a las padres, termina diciendo:


“Y CUANDO VUESTRO HIJO SEA YA UN DELINCUENTE,

PROCLAMAD QUE NUNCA PUDISTEIS HACER NADA POR ÉL”.


Educar no es jugar, ni entretener (para eso basta un payaso). Educar es adquirir destrezas, acumular conocimientos, despertar inquietudes activas y aprender formas de convivencia que eviten el capricho del mal criado.


Cuando un niño comete un acto de indisciplina en el colegio, donde no conoce a fondo al profesor, es que en su casa está harto de hacer lo mismo pero allí le sonríen. No es lo mismo inserción que reinserción y para reformar están los reformatorios, no los colegios. Cuando un alumno, con su actitud en clase, priva a otro de su derecho a la educación, está cometiendo un delito. Y hemos de “hacer algo” para proteger a los muchos alumnos que lo hacen bien.


Algunos padres piensan que querer a sus hijos es defenderlos frente a los jueces, la sociedad y los profesores “que les tienen manía”.


La realidad es que la cultura de los alumnos ha bajado hasta niveles alarmantes. Son poco trabajadores, tienen más información, pero menos formación; son más incultos, lo que inevitablemente los hace más inmaduros. Si los alumnos son más apáticos que nunca es debido a una educación equivocada. Muchos padres argumentan que los hijos lo tienen todo y por eso no valoran el esfuerzo que cuestan todas las cosas que valen la pena. Aunque la palabra NO todavía no ha desaparecido del vocabulario.


En educación lo que más cuesta no es poner límites sino mantenerlos con convencimiento.


Es duro, pero en verdad os aseguro que es lo que hay... Lo estoy viendo TODOS los días.

sábado, 18 de julio de 2009

LOS BURGUESES DE CALAIS


Ocurrió en junio del año 1347, poco después de la victoria inglesa en Crécy (otra batalla de arqueros que merecería la pena desarrollar, maese José Luis). Nos cuenta mi colega el cronista francés Jean Froissart que tras la batalla (septiembre de 1346) el rey Eduardo III de Inglaterra puso sitio a la ciudad de Calais, que resisitió denodadamente hasta el verano. Durante el sitio se dieron episodios tan crueles como la muerte de 500 niños y ancianos al pie mismo de las murallas. Habían salido de la ciudad para facilitar la resistencia de la misma (que se estaba quedando sin víveres después de que los ingleses interceptaran un envío) y el rey Eduardo no les dejó pasar sus líneas, de modo que perecieron de inanición a la vista de sus compatriotas y de los sitiadores.


Ante la desesperada situación de la ciudad, el alcalde de Calais ofreció a los ingleses la capitulación de la ciudad a cambio de que se respetasen las vidas de sus habitantes, pero el rey Eduardo rechazó la oferta, indignado de que una población que estaba a punto de caer y que le había costado tanto tiempo, hombres y dinero, se atreviera a imponer condiciones. Calais debía rendirse incondicionalmente.


Pero los propios hombres del rey le convencieron de que los habitantes de la ciudad sólo eran culpables de haber sido fieles al monarca galo, con lo cual finalmente Eduardo III se ofreció a respetar la vida de los habitantes de Calais si seis hombres notables, seis burgueses pertenecientes al Concejo, se rindieran ante él junto con las llaves de la ciudad, vestidos en camisón y con una soga amarrada a sus cuellos.


El alcalde reunió en la Plaza de la villa a todos los habitantes y expuso las condiciones del sitiador, ante lo cual seis notables personalidades del Concejo ofreciéronse en sacrificio para salvar la vida de sus compatriotas. Eran Eustache de Saint-Pierre, los hermanos Jacques y Pierre de Wissant, Jean de Vienne, Andrieu d'Andres y Jean d'Aire. Los seis se vistieron con camisones, colgaron sogas de sus cuellos y con gran dignidad salieron por la puerta de la ciudad al encuentro del monarca inglés y ante los sollozos y agradecimiento de sus conciudadanos.

Y dice el cronista que al verlos arrodillarse llorando ante él y ofrecerle las llaves de la villa, Eduardo III los miró con odio y ordenó que los colgasen, pero ante las súplicas de sus propios caballeros y de su misma esposa, la reina Felipa de Hainault, Eduardo sucumbió a la benevolencia y entregó a los seis hombres a la custodia de su mujer, quien les retiró las sogas y los condujo, a escondidas, fuera del campamento inglés, librándoles de la muerte.

Calais permanecería en manos inglesas más de doscientos años (hasta 1558)

La historia, además de hermosa, tiene un brillante epílogo: en el año 1895, después de muchas gestiones y trabajos, Los burgueses de Calais fueron inmortalizados por el gran escultor francés Augusto Rodin, que erigió en la Plaza de la Ciudad donde tuvo lugar la presentación voluntaria de los sacrificados personajes uno de los grupos escultóricos más notables y bellos de la historia del Arte.




Como curiosidad debo destacar que en un principio Rodin decidió no incluir ningún pedestal al grupo escultórico, de manera que sus protagonistas se mezclasen con el pueblo francés por el que ofrecieron su sacrificio. Pero en 1924, tras la 1ª Guerra Mundial, se elevó la escultura sobre un pedestal sobre el que hoy podemos verlos:



Una hermosa historia...

Familia...


Ya os he hablado de ellos, pero tengo que volver a hacerlo...

Esta noche nuevamente se han quedado a dormir en mi castillo de Zufaria mis sobrinos Miguel Ángel y Leonardo. Para mí este hecho, trivial si lo miramos fríamente, es siempre motivo de fiesta y de gran alegría. Ya conocéis a estos niños por otra de las entradas del blog. Esta vez ha sido parecida a la anterior: los pequeños han entrado en mi casa como en un parque de atracciones, es fantástico comprobar cómo cualquier novedad es vista como un motivo de asombro y regocijo a los ojos de un niño.

Para empezar, les he preparado a todos una cena de las medievales: montones de platos distintos, picoteo variado y exquisiteces; unos canapés, unas pizzas para los pequeños, langostinos, pulpo al ajillo, mejillones, chorizo, fuet, salchicas de frankfurt fritas en trocicos, mortadela de pavo, unos postres de crema de yogurt muy ricos y unos pastelitos, todo ello regado con refrescos para los niños (sin azúcar y sin cafeína) y mucha cerveza sin alcohol para mi hermana, mi cuñado y yo y agua mineral bien fresquica para todos. Se han puesto las botas.

Y luego, lo de siempre: juegos en el ordenador, risas, chistes, una película en la tele (Indiana Jones y la última cruzada) y, a las tantas de la madrugada, a dormir con un beso de buenas noches y unas sonrisas de agradecimiento preciosas. Son unos niños encantadores.

Luego, por la mañana, despertar tarde y desayunar en el bar: otra aventura. Un bar de ambiente cazador (ojo, no "de ambiente" a secas) , con cabezas de animales disecadas, escopetas en las paredes, una diana de dardos y una máquina de esas de pinzas para atrapar cosas varias, en la cual les he conseguido un estuche para el cole y unos cuernos de diablo que se encienden con pilas, como los de AC/DC en sus conciertos. Tres euros muy bien gastados, qué demonios, vistas las caritas de asombro y satisfacción de los pequeños, que estaban contentísimos y emocionados.

En fin, qué os voy a contar. Son mis sobrinos, y yo su tío. Y más orgulloso y "pincho" que un marqués.

martes, 14 de julio de 2009

Invitación de boda

Esta es la invitación de boda de Carlos y Rocío. No es obra mía, sino del Maese escribano Enrique de Çaragoça y en ella se han utilizado tintas, cálamos, plumillas, pan de oro, fuentes históricas (Vidal Mayor, Techumbre de la catedral de Teruel...) y aproximadamente 16 horas de afecto y cariño hacia unos maravillosos amigos...



Espero que os guste...

lunes, 13 de julio de 2009

Las Navas de Tolosa. F. García Fitz

Tópicos. La Edad Media fue un período de guerras, de grandes batallas campales, de asedios y de asaltos, cabalgadas y algaradas. Y dentro de esas batallas campales, la carga de la caballería pesada, los grandes señores de la guerra batiendo el terreno sobre sus corceles contra las filas enemigas, las piernas estiradas y la lanza en ristre, era la que decidía el resultado del choque.

Topicazos aprendidos de una historiografía nutrida por las crónicas de quienes vieron en la guerra sólo su parte heroica, deslumbrados por las hazañas de los caballeros que, dicho sea de paso, les daban de comer, vestir y holgar. No es extraño que estos juglares, escribanos y amanuenses se vieran deslumbrados por los escasos grandes choques de ejércitos y narrasen con todo lujo de detalles su desarrollo, sin ahondar en el hecho de que precisamente esas grandes batallas eran algo extremadamente inusual que muy pocas veces se buscaba, puesto que su resultado era tan incierto y estaba tan en manos del azar que pocos monarcas medievales se atrevían a enfrentarse en campo abierto para medir sus fuerzas bien fuera contra musulmanes o bien contra otros monarcas enemigos.
Todo ello es muy claramente expuesto por el historiador Francisco García Fitz en su obra Las Navas de Tolosa, un estudio muy pormenorizado, documentado y ameno de esta batalla, sin duda la más importante de toda la Reconquista española y la única en la cual expresamente el rey Alfonso VIII de Castilla buscó el enfrentamiento con el Miramamolín almohade Yusuf al-Nasir con el fin de aniquilar su ejército impidiéndole la entrada en el reino de Castilla y acabando con la amenaza del Islam en sus territorios. Sólo así se explica tanto el acopio de tropas conseguido por el monarca castellano (contó con el apoyo de Aragón, Navarra, Castilla, las Órdenes Militares templaria y hospitalaria, tropas de los concejos de las principales ciudades del reino y gentes ultramontanas del Languedoc, que abandonaron el campo antes de enfrentarse a los musulmanes tras la toma de Calatrava la Real) como el tratamiento de Cruzada que concedió el papa Inocencio III a la campaña contra las fuerzas de al-Nasir.
Sin embargo -abunda en el tema el profesor García Fitz- una batalla de tales características fue algo completamente inusual en la España de la Reconquista. La guerra medieval, generalmente, se desarrollaba en forma de pequeñas acciones tales como asedios y asaltos a castillos y ciudades, cabalgadas para arrasar los campos circundantes, talas y quemas de bosques para privar de madera a los asediados y construir máquinas de asalto, destrucción de aldeas, ejecuciones y un cúmulo de otras acciones encaminadas al asedio de castillos y ciudades, el terror de sus pobladores (lo que llamaríamos "guerra psicológica") y la esquilmación de sus tierras para lograr su rendición.
Los ejemplos que ofrece el profesor García Fitz son innumerables: prácticamente la totalidad de las batallas en la Edad Media fueron encuentros producidos durante el asedio a una ciudad o la prestación de ayuda a los asediados. Y sólo Las Navas tuvo la peculiaridad de ser un encuentro buscado por los reyes cristianos ex profeso y con la intención expresa de aniquilar al ejército enemigo.
Una obra que merece la pena leer. Basten los párrafos precedentes para despertaros el gusanillo de querer saber más sobre el tema...

martes, 7 de julio de 2009

PERACENSE




A diecisiete kilómetros de Monreal del Campo, en la provincia de Teruel, no lejos de la torre de Singra, se encuentra uno de los castillos más espectaculares de Aragón: Peracense. Curiosamente, frente a la popularidad de Loarre (que parece que no exista en Aragón más castillo que ése, por muy hermoso y bien conservado que esté), no es una fortaleza demasiado conocida, tal vez precisamente porque se encuentra en Teruel y no es habitual que en nuestra tierra se preste demasiada atención a las peculiaridades de esta provincia aún demasiado olvidada. Pero en verdad es una obra de ingeniería poliorcética que en nada desmerece a los más impresionantes castillos no ya de nuestra comunidad, sino de toda España.

Aunque la presencia humana en esta zona se remonta a la Prehistoria, los impresionantes muros y estancias de este castillo datan del siglo XIV, cuando la Guerra de los Dos Pedros asolaba el solar aragonés y la guerra de asedio se encontraba en su punto álgido. Construido en piedra roja de rodeno, perfectamente mimetizado con el entorno y señoreando las alturas de la serranía donde se alza, Peracense constituye una proeza de ingeniería castellológica cuyo análisis arroja la conclusión de que un asalto a sus muros debía resultar francamente difícil, si no imposible, debido tanto a su ordenación y disposición como a la solidez de sus paramentos.

Como es habitual en este tipo de recintos, en Peracense todo está pensado para que cada parte del castillo pueda ser defendida independientemente. El primer aproche a la muralla exterior lo dificulta un camino de acceso difícilmente franqueable a un ejército en disposición de combate, esto es, en formación de muro de escudos para detener los proyectiles disparados desde la posición defensiva, por cuanto la estrechez del paso obligaría a una aproximación en fila de a dos o de tres (a lo sumo), facilitando a los defensores la defensa vertical del primer recinto desde los caminos de ronda.


En el improbable caso de que el aproche tuviera éxito y los atacantes lograsen penetrar en el primer recinto -a costa de perder varias decenas de soldados en el intento- fácilmente se podría disponer de una tropa de avanzada que les hiciese frente en el propio camino de acceso a la segunda poterna, desde cuya altura también podría desarrollarse una eficaz defensa vertical, habida cuenta de que el acceso al segundo recinto se halla también en rampa, lo que dificultaría extraordinariamente el avance de unos atacantes desfallecidos por el cansancio y agobiados por el peso de sus armas y por la resistencia encontrada en el primer asalto a la muralla exterior.

Pero aún en el caso de hallarnos ante un ataque tenaz, resolutivo y bien coordinado que lograse subir con grandes esfuerzos hasta el segundo glacis, los defensores habrían tenido tiempo de establecer una última línea de defensa ante la cual, irremisiblemente, se estrellaría el ímpetu de los atacantes de forma definitiva, puesto que la esplanada ofrece una perfecta plaza de armas en la que disponer sin problemas una última fuerza defensora.

Sólo en el caso de que el ejército atacante estuviese dirigido por un Alejandro Magno, un Saladino o un Alfonso I "el Batallador" lograría hacerse con el control del segundo recinto defensivo, caso de lo cual solo quedaría acceder al tercero por unas escaleras de madera -probablemente retiradas a tiempo-, de uno en uno (el espacio es exiguo para un ataque en conjunto), reventar la puerta de acceso a la falsa torre del homenaje -que cuenta con una buhedera como elemento de defensa vertical para arrojar agua o aceite hirviendo sobre los soldados apelotonados ante la puerta inferior-, subir por un hueco de escaleras de menos de un metro de anchura (un arquero experimentado bastaría para detener el avance desde el patio superior) y, finalmente, extenderse por el tercer y último recinto donde se hallaría la flor y nata de los defensores, los soldados más fieles del señor de Peracense, dispuestos a vender caras sus vidas antes de permitir la toma definitiva de la fortaleza...

Difícil tarea la de tomar un castillo por la fuerza. El próximo día 8 de agosto por la tarde trataremos de demostrarlo.

Mi señor don Ximeno Cornel: lo tenéis crudo.

martes, 30 de junio de 2009

LAS BODAS DE CHISTÉN



(Dedicada, con todo mi afecto, a Carlos de la Rosa y Rocío Pedrajas)

LAS BODAS DE CHISTÉN
(La Ronda de Boltaña)

Blanca es la nieve que tiñe
tu dulce cara con su palidez.
Roja la sangre que cuando me ves
hace que te ruborices.

Posadas sobre mi pecho
como palomas tus manos sentí.
Yo las quisiera guardar y cubrir
eternamente de besos.

Si tu me quieres, morena,
cruzaremos el Cinqueta.
No tengas miedo del río
que yo te llevo, amor mío.

Si tu madre no me quiere,
si tus hermanos te apartan de mí,
pronto en tu casa van a descubrir
que separarnos no pueden.

Montaremos en mi mula
y escaparemos al monte los dos.
Florecerá en una borda el amor,
creciente como la Luna.

Comeremos frutos tiernos
y el vino de nuestros besos.
En nuestro lecho habrá flores
y en tus ojos ilusiones.

Yo orgulloso y tu callada
regresaremos al pueblo por fin.
Cura, suegra, hermanos y el alguacil
boda tendrán preparada.

¡Que empiece a tocar la ronda,
y que sirvan la comida también!,
sera por siempre nombrado en Chistén
el dia de nuestras bodas.

Tu me quitarás la faja
y yo a ti las medias blancas.
Oiremos tocar la gaita
debajo de la ventana.

Y el año que ha de venir...
traerá un ninon para tí.

jueves, 25 de junio de 2009

Villard de Honnecourt

Dejad que os cuente una historia, mis amados discípulos...

En la Picardía francesa hay un pequeño pueblecito llamado Honnecourt-sur-Escaut. Es una aldea moderna, de la que apenas queda nada de su primitivo aspecto medieval, ya que sus casas fueron destruidas en la Primera Guerra Mundial. Pero en él, aproximadamente a finales del siglo XII, nació un niño al que llamaron Villard y que llegó a convertirse en un gran dibujante, tal vez incluso un arquitecto, aunque eso no lo podemos saber con seguridad.

En las primeras décadas del nuevo siglo, el XIII, el joven Villard, que debía tener alrededor de veinte años, salió de su Picardía natal y emprendió un viaje por todo el norte de Francia visitando ciudades, catedrales, ermitas, monasterios y, en definitiva, talleres de obras como los que posiblemente él mismo dirigiría en el futuro.

Villard recogió sus impresiones en un cuaderno que revela una maestría incomparable en el manejo de los cálamos y las tintas.

¡Y qué dibujos! Una seguridad en el trazo que envidiarían los artistas de todas las épocas. Y que existe asimismo cuando dibuja a un caballero cayendo al suelo desde su montura como cuando traza la planta de Saint-Étienne de Meaux o la de Nôtre-Dame de Cambrai. Una cuestión de oficio en el arte de trazar plantas y alzados, lo que nos habla de su posible formación como arquitecto.

Pero Villard no se limitó a este tipo de trazos. Cualquier cosa le servía para coger la pluma: su actividad se extiende a la carpintería y a los "secretos profesionales" de la escultura, recogiendo cuerpos y rostros construidos según esquemas geométricos, que admirarían a los propios cubistas y que se basan en líneas directrices que aseguran la armonía...

Todo ello queda plasmado en las páginas del Album, que han resistido el paso de los siglos hasta nuestros días, ya que el libro original, una verdadera joya del medievo, es custodiado en la Biblioteca Nacional de París, y desde luego no es para menos, ya que la importancia que habíamos visto en el Liber Sancti Iacobi para el peregrino jacobeo de los ss. XI y XII la encontramos también en el maravilloso cuaderno del artista francés para lo que corresponde a las primeras décadas del siglo XIII.

Villard de Honnecourt es un hombre curioso, un verdadero voyeur artístico que se fija en todo aquello que capta su atención y se esfuerza por plasmarlo en las páginas de su cuaderno...

Enseguida se perciben en él sus aficiones particulares, como ocurre con los paños complejos, que para él no son otra cosa que un juego de líneas, evocando la pintura de Henry Matisse, quien debió ser también un gran admirador del Cuaderno de Villard de Honnecourt...

Pero ya hemos dicho que Villard no se contentó sólo con contemplar los edificios... Personajes bíblicos, animales (sintió especial predilección por el león y el perro), luchadores, caballeros montando a caballo con todo lujo de detalles en sus vestimentas y sus ademanes, vidrieras, cabezas humanas que surgen de la hojarasca, mediciones geométricas, aparatos e ingenios de construcción, hasta laberintos y máquinas extrañas que parecen robots.

E incluso recetas. Una buena cantidad de imágenes van acompañadas de comentarios, discusiones o... cosas como ésta:

Acordáos de lo que os voy a decir. Coged hojas de col roja y alhelí, que es una hierba a la que llaman tanaisie (balsamina) y cañamón (algunos historiadores interpretan la palabra, escrita en francés antiguo, como cannabis ¿?), o sea, la semilla del cáñamo; triturad estas cuatro hierbas de modo que no haya más de una que de otra. Después tomad rubia, el doble que cualquiera de las cuatro hierbas; triturad y colocad las cinco hierbas en una marmita, añadid vino blanco del mejor que tengáis y diluid, de tal manera que el brebaje no quede demasiado concentrado, a fin de que se pueda beber. No bebáis demasiado: con una cáscara de huevo tendréis bastante, siempre que esté llena. Sea cual fuere vuestra herida, sanaréis; limpiad la herida con un poco de estopa, poned encima una hoja de col roja, y después bebed el brebaje por las mañanas y por las tardes, dos veces al día...

Pues bien: la editorial Akal tiene una preciosa edición del Cuaderno de Villard de Honnecourt que acabo de recibir y estoy disfrutando de él en este momento. Merece la pena, es una obra fabulosa, como he tratado de haceros comprender. Y si no queréis gastaros los 28 euros que cuesta en la Casa del Libro, os dejo un interesante enlace con las páginas del Cuaderno en internet:

http://commons.wikimedia.org/w/index.php?title=File%3AVillard_de_Honnecourt.djvu&page=1



Disfrutadlo también vosotros

martes, 16 de junio de 2009

FIDELIS REGI (y V): una valoración


Y termino ya este conjunto de entradas sobre la hueste Fidelis Regi retomando el espíritu con el que lo comencé: un espíritu de agradecimiento enorme para todos mis hermanos de armas, que me han demostrado con la nobleza de sus corazones que si bien la Edad Media es una época de la historia imposible de recrear en nuestros días, algo queda de ella en quienes intentan rescatar los valores de caballerosidad, generosidad, entereza de ánimo, ayuda y apoyo al débil y lealtad hacia los amigos que, según el espléndido Libro de la Caballería de Raimundo Lulio, atesoran aquellos que bien pueden ser llamados Ricoshombres de Natura por sus hechos y no por sus proclamas.

Un abrazo muy fuerte para todos vosotros, hermanos.

PROPTER REGEM!
IUXTA REGEM!
PRO REGEM!

AD USQUE FIDELES!!!


Enrique (sin más)

jueves, 11 de junio de 2009

FIDELIS REGI (IV): Talibanes...

Abordamos en esta entrada un tema delicado, a fe mía, del que algo sospechaba pero que conocí a fondo a raíz de mi entrada en Fidelis Regi... Algunos de sus miembros me lo advirtieron desde el principio: en esta afición nuestra el grado de aproximación al modo de vida de hace siete u ocho siglos suscita una discusión, a veces acalorada y aún borrascosa, que es el pan nuestro de cada día. La Edad Media está de moda. El porqué no es ahora el momento de analizarlo, pero es así. Y la respuesta a esa llamada de lo medieval puede ser muy variopinta.


Según señalan los miembros del Clan del Cuervo, uno de los grupos más emblemáticos de la recreación medieval española,

"la recreación histórica es una actividad mediante la cual se intenta reconstruir la indumentaria, armamento y, en general, todos los aspectos de la cultura material de un período histórico concreto, siendo fieles a las fuentes de información disponibles, tanto arqueológicas como a los textos y representaciones artísticas coetáneas."

En mi sincera y humildísima opinion, hay en esta magnífica definición dos palabras que constituyen el punto fundamental de la actividad recreacionista: "cultura material". Me explico: recrear la Edad Media es imposible. RECREAR significa "volver a crear", y esta perogrullada tiene más miga de lo que parece, porque implicaría reconstruir un mundo en el que la Sociedad y las ideas sobre Dios, la Vida y la Muerte son radicalmente distintas a las nuestras. El idioma en el que expresarse, una amalgama de lenguas en la cual es difícil abrirse camino (latín vulgar, navarro-aragonés, aranés, occitano, castellano altomedieval...) e imposible de reproducir a no ser que seas experto en Filología Medieval española. El Derecho, un conjunto variopinto de leyes, fueros, normas y protocolos que, entre otras muchas cosas, justifican, defienden y aplican la pena de muerte y otros castigos si cabe más horrendos. La Sanidad, una materia en la que la confianza en la Divinidad está por encima de la Ciencia y la Medicina.... Y así con otros muchos aspectos imposibles de recrear en nuestros días, tamizados indeleblemente por siete siglos de revoluciones violentas y continuas, cambios radicales y transformaciones globales irrenunciables.


Por tanto, lo único que a los recreacionistas nos es posible devolver al presente es esa cultura material de la que nos habla el Clan del Cuervo: vestimenta, armas, herramientas, ornamentos, mobiliario, menaje de cocina, calzado, medios de transporte, alojamientos... Para ello contamos con fuentes de diferentes tipos: escritas (textos que mencionan aspectos de la vida en el medievo o describen algunos de esos elementos de cultura material), arqueológicas (es decir: los mismos elementos rescatados de la tierra para estudiar sus restos, compararlos con otros y recomponerlos) y, por último, artísticas (obras de arte que pueden ir desde un códice miniado a una pintura mural pasando por motivos decorativos en múltiples soportes). Es decir: contamos con referencias suficientemente numerosas como para recrear la cultura material del medievo con cierto rigor histórico. Y digo "cierto" porque en Historia no existen las verdades absolutas y las fuentes siempre son interpretables, lo cual ha sido también motivo de duras discusiones y enfrentamientos...



Ahora bien: partiendo de este hecho insoslayable, se plantea entonces el nivel de rigor histórico que el recreacionista se propone alcanzar, y eso depende en alto grado del modo en que se enfoque la recreación. Para algunos, dicha recreación de la cultura material no pasa más allá de lo anecdótico, del simple compañerismo, del "disfraz", de la "evocación medieval" buscando únicamente compartir unos buenos momentos de camaradería, bebida, diversión y fiesta. Es lo que yo llamo la "fase Medieval Factory", y quienes me lean me entenderán perfectamente.


Otros, sin embargo, llevan más allá sus ambiciones y, sin renunciar en absoluto a esa convivencia, buscan un mayor acercamiento, una aproximación cada vez más precisa a la recreación de la cultura material del medievo. Es un recreacionismo algo más científico, más centrado en las fuentes históricas, menos conformista. Se empieza ya a discutir sobre la interpretación de las fuentes, a investigar, a buscar información cada vez con mayor profundidad. Acuden a un mercado de material más riguroso, escogen determinadas reproducciones y rechazan otras por su imprecisión o su falta de rigor. Comienzan a especializarse en un tipo concreto de personaje, de época, de cultura material, investigan a fondo sobre ella y tratan de ser coherentes con sus descubrimientos. Sus resultados son tal vez menos llamativos, pero también más rigurosos. Prestan más atención a unos aspectos y, sobre todo, comienzan ya a plantearse, aunque no siempre lo consigan, cómo materializar un objeto a partir de su imagen en una fuente histórica, y no a justificar el objeto adquirido tratando de encontrar referencias al mismo en dichas fuentes. Es lo que podríamos llamar "Soft Recreation", y en mi modesta opinión, en ella se encuentran una gran mayoría de los grupos españoles actuales.



Por último, en la evolución del recreacionista nos encontramos con lo que maliciosamente algunos llaman los talibanes, los integristas, la "Hard Recreation". Grupos de aficionados que, habiendo pasado por las anteriores fases (e incluso sin necesidad de haberlo hecho, por haberse planteado sus objetivos claramente desde un principio), elaboran sus propios utensilios, vestimentas o armas, cogen las herramientas con sus propias manos (incluso las crean a golpe de martillo sobre el yunque, si les resulta imposible hallarlas en el mercado actual) y trabajan con ellas para re-crear la cultura material a partir de las fuentes. Huyen de los eventos donde lo único que prima es la espectacularidad de una Edad Media hollywoodiense y se centran en actividades propias que buscan satisfacer su propia idea de lo que supone recrear un entorno medieval muy bien delimitado, perfectamente definido. Y su interés radica precisamente en el rigor de su trabajo, la profundidad de sus investigaciones y la precisión de sus resultados. En nuestro pais no son muchos los grupos que han alcanzado este nivel (que requiere de un trabajo infatigable, constante y altamente especializado), pero en el norte de Europa -especialmente- hace décadas que existen este tipo de recreadores (Hastings, Eu...)
Cuidado: las tres posturas son plenamente válidas. Algunos grupos deciden no pasar más allá de la fase "Medieval Factory", otros tratan de combinar una idea intermedia entre la recreación soft y la hard, sin llegar a elaborar sus propios objetos o haciéndolo puntualmente, cayendo en errores de interpretación o en las garras de la pereza. Y todos ellos son igualmente respetables, siempre y cuando sepan -eso sí- reconocer en qué punto se encuentran. Las comparaciones siempre han sido odiosas, de ahí que lo mejor sería no comparar. Pero es inevitable hacerlo en un mundillo tan "familiar" como es el nuestro (no sé si llegaremos a 500 los recreacionistas "soft" y "hard" en toda España). Y es entonces cuando surge la polémica...

Bien. Lo dejaremos aquí. Y lo dejaremos con una pregunta... ¿Y Fidelis Regi? ¿Dónde se encuentra y cuáles son sus ambiciones?

Voy a ser tan cabrón como para guardarme mi opinión personal hasta el final.

Hala, David, ya la he liao parda, como me pedías...