Esto se acaba. El verano, digo.
Lamento recordároslo pero de aquí a poco será de nuevo difícil encontrar aparcamiento en la puerta de casa, habrá que llevar a los niños a la escuela y la playa, la montaña, los paisajes idílicos y los países lejanos se quedarán en el recuerdo y la vida cotidiana volverá a marcar el curso del tiempo...
Ya sé que no todos tenéis la suerte de ser profesores, qué le vamos a hacer, mis esfuerzos me ha costado y el que tenga envidia que reclame al maestro armero, pero hasta a nosotros nos llega el comienzo del curso y el retorno a las aulas. Un par de meses pasan volando, parece mentira. Y para este curso de nuevo he tenido la fortuna de pillar plaza de interino en la vieja Zufaria, donde impartí clases el año pasado.
En unos días me darán las credenciales, iré a entregarlas al I.E.S. Gallicum de Zuera y... al tajo, que ya iba siendo hora... Otra vez ante los alumnos, otra vez con los compañeros, otra vez con las lecciones, los exámenes y las juntas de evaluación...
Tempus fugit, que decía el filósofo...
PENSAR PARA SUPERAR LA FINITUD
Hace 6 días
No son estos días, sino la verdadera nochevieja.
ResponderEliminarEso de que el uno de enero es año nuevo no son más que leyendas del Ansó.