sábado, 18 de julio de 2009

Familia...


Ya os he hablado de ellos, pero tengo que volver a hacerlo...

Esta noche nuevamente se han quedado a dormir en mi castillo de Zufaria mis sobrinos Miguel Ángel y Leonardo. Para mí este hecho, trivial si lo miramos fríamente, es siempre motivo de fiesta y de gran alegría. Ya conocéis a estos niños por otra de las entradas del blog. Esta vez ha sido parecida a la anterior: los pequeños han entrado en mi casa como en un parque de atracciones, es fantástico comprobar cómo cualquier novedad es vista como un motivo de asombro y regocijo a los ojos de un niño.

Para empezar, les he preparado a todos una cena de las medievales: montones de platos distintos, picoteo variado y exquisiteces; unos canapés, unas pizzas para los pequeños, langostinos, pulpo al ajillo, mejillones, chorizo, fuet, salchicas de frankfurt fritas en trocicos, mortadela de pavo, unos postres de crema de yogurt muy ricos y unos pastelitos, todo ello regado con refrescos para los niños (sin azúcar y sin cafeína) y mucha cerveza sin alcohol para mi hermana, mi cuñado y yo y agua mineral bien fresquica para todos. Se han puesto las botas.

Y luego, lo de siempre: juegos en el ordenador, risas, chistes, una película en la tele (Indiana Jones y la última cruzada) y, a las tantas de la madrugada, a dormir con un beso de buenas noches y unas sonrisas de agradecimiento preciosas. Son unos niños encantadores.

Luego, por la mañana, despertar tarde y desayunar en el bar: otra aventura. Un bar de ambiente cazador (ojo, no "de ambiente" a secas) , con cabezas de animales disecadas, escopetas en las paredes, una diana de dardos y una máquina de esas de pinzas para atrapar cosas varias, en la cual les he conseguido un estuche para el cole y unos cuernos de diablo que se encienden con pilas, como los de AC/DC en sus conciertos. Tres euros muy bien gastados, qué demonios, vistas las caritas de asombro y satisfacción de los pequeños, que estaban contentísimos y emocionados.

En fin, qué os voy a contar. Son mis sobrinos, y yo su tío. Y más orgulloso y "pincho" que un marqués.

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