miércoles, 23 de septiembre de 2009

Pintura románica aragonesa: Bagüés



Si hay un estilo artístico que transmite una religiosidad profunda y sincera desde el deseo de mostrar las imágenes sacras para ser comprendidas y admiradas por todo el mundo, ése es el arte románico.

La pintura románica aragonesa, minusvalorada por la magnífica pléyade de obras procedentes del ámbito catalán (Taüll), participa plenamente de esa magnificencia, plasmada en unos frescos llenos de vida, de planos colores vívidos separados por líneas robustas que delimitan perfectamente unas figuras muy expresivas dentro de su simbólica ingenuidad. Muy poca gente del medievo sabía leer (y mucho menos escribir), por lo que la escultura, el relieve y la pintura se convertían en verdaderos "sermones de piedra" que cubrían paredes, portadas, ábsides y claustros con una clara intención didascálica, aleccionadora, didáctica e incluso a veces admonitoria (el Pantócrator o Cristo en Majestad de San Clemente de Taüll, en Lérida, -a la izquierda- resulta sobrecogedor y no cuesta nada imaginar la impresiónque debía causar a sus contemporáneos).


Pero aquí, en nuestro Aragón, el espléndido Museo Diocesano de Jaca atesora uno de los más impresionantes conjuntos de pintura mural románica aragonesa que imaginarse uno puede. Entre sus muchos tesoros, en él se encuentra el ábside de la iglesia parroquial de Ruesta:





... así como el impresionante conjunto pictórico de la iglesia de San Julián y Santa Basilisa de Bagüés:



Si los frescos de San Isidoro de León son considerados como "La Capilla Sixtina del Arte Románico castellano" podemos muy bien decir lo mismo de estos frescos de Bagüés en lo referente a Aragón. Se trata de un programa decorativo que fue rescatado de la iglesia de este pueblecito zaragozano a orillas del pantano de Yesa, cuya creación amenazaba con inundarlo por completo y echar a perder las pinturas, que fueron arrancadas, restauradas y trasladadas a Jaca a finales de los años 70, no sin que se lamentase la pérdida de casi el 90% del fabuloso conjunto debido a las humedades que atacaron la pared sur, expuesta al pantano.

Lo que hoy podemos contemplar de ellas, sin embargo, sigue siendo sobrecogedor: todo un edificio con las paredes pintadas con riquísimos, bellísimos e interesantísimos frescos que reflejan el ciclo del Nacimiento, Pasión y Muerte de Cristo de un modo deliciosamente ingenuo pero con una fuerza dramática y una tensión extraordinarias.

Fijáos, por ejemplo, en este detalle:




La expresividad es fabulosa, representa el momento del beso de Judas y el corte de la oreja de Malco por San Pedro. Observad (a la izquierda) cómo los cuerpos de los apóstoles se inclinan hacia atrás como aterrados por el horroroso grito de dolor del esclavo al que están cortando la oreja... Mientras, a la derecha, Judas besa al Maestro mientras los sayones prenden a Jesús por las manos... ¿Cabe mayor definición y dramatismo en una escena tn compacta? Yo creo que ahí radica la extraordinaria belleza de la pintura románica.

Y Bagüés, desde luego, es un conjunto que ninguno de nosotros -amantes de la Edad Media- deberíamos perdernos.

2 comentarios:

  1. Impresionante, sencillamente impresionante.

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  2. Si os gusta la pintura medieval, el arte medieval en general, os invito a dar un paseo por Iconos Medievales: http://www.iconosmedievales.com

    Espero que os guste y que os sintáis como en vuestra casa. Un saludo. Yo volveré a pasearme por este blog, que ha sido una sorpresa encontrármelo. Enhorabuena!! Un saludo.

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