
- La Vía Tolosana, la más meridional y la que podemos enumerarf como la primera; arrancando de Saint-Gilles (Arlés), pasaba por Montpellier y Tolosa (Toulouse), para cruzar los Pirineos por el Somport independientemente de las otras tres.
- La Vía Podense, así llamada por arrancar de Le Puy, pasaba por Conques y Moissac hasta unirse con las dos siguientes en Ostabat.
- La Vía Lemovicense tenía su origen en Vézelay, cruzaba el territorio de Limoges (ciudad con una bella iglesia de peregrinación dedicada a San Marcial, hoy desaparecida), de donde le viene el nombre, y por Périgueux llegaba a Ostaban donde se fundía con las otras dos.
- La Vía Turonense, por fin, partía desde París y atravesaba Orlèans, Tours (con otra hermosa iglesia de peregrinación dedicada a San Martín, también hoy desaparecida), Poitiers y Burdeos hasta confluir, como las otras en Ostabat. Por ser la Turenne la comarca en la que se encuentra Tours, la vía tomó el nombre de Turonense.
Estas tres últimas vías, unidas en Ostabat, atravesaban los Pirineos y se encontraban con la vía Tolosana en Puente la Reina, dirigiéndose desde allí a Santiago atravesando las localidades de Estella, Los Arcos, Logroño, San Millán de la Cogolla, Santo Domingo de la Calzada, Burgos, Castrojeriz, Fróista, Carrión de los Condes, Sahagún, León, Astorga, Ponferrada, Puertomarín y Arzúa, entre otras, hasta llegar a Santiago de Compostela.
El Camino de Santiago configuró una ruta de peregrinación de raíz profundamente religiosa que todavía perdura en nuestros días, si bien hoy tiene un trasfondo más turístico que religioso, pero también fue el origen de una extraordinaria expansión económica que contribuyó al desarrollo de numerosas ferias, mercados y posadas, así como un camino cultural por el que entraron en la península las formas artísticas del arte románico y gótico, como lo atestiguan templos como las catedrales de Jaca, Santo Domingo de la Calzada, Burgos, León, Astorga y la propia Santiago.
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