domingo, 19 de diciembre de 2010

Feliz Navidad


Tengo un pequeño problema...

Hace ya bastantes años que comienzo "estas fechas tan entrañables" con un profundo sentimiento de desesperanza. Las palabras "Feliz Navidad" me suenan vacías de contenido a pesar de que las veo escritas, pronunciadas y anunciadas con profusión de neones, brillantinas y guirnaldas allá donde voy, desde la caja tonta hasta el más pequeño economato de barrio de "Cuéntame"...

Gracias a los periódicos y a Arturo Pérez-Reverte sé que hoy Belén es una población ocupada por el ejército israelí donde delante de la gruta del Nacimiento de Cristo hay más probabilidades de ver un carro de combate "Merkava" y media docena de vigilantes soldados armados con M-16 que a un grupo de pastorcillos llevándole sus ovejicas al niño Dios. Y también sé que este paréntesis de paz, amor y buenos deseos no es más que eso... un paréntesis en el que hay que ser buenos por tradición consuetudinaria, un simulacro que acaba exactamente el día 7 de enero, cuando las huellas de los camellos de los Reyes Magos se pierden en las arenas del desierto iraní perseguidos por los Abrams M-1 del ejército norteamericano.

Hace ya más de un mes que "el Árbol", "Mercadona", el "Symply" y el "Alcampo" tienen expuestos en sus góndolas los mil y un reclamos navideños para que no se nos ocurra olvidar que "estas fechas tan entrañables" son un inmenso altar construido a la mayor Gloria del Consumismo y de la Economía de Mercado y estoy harto de ver en TV las consabidas advertencias de que "este año los españoles gastaremos un 10% menos en nuestras compras navideñas debido a la crisis económica" (aunque he de decir que esto lo llevo yo oyendo TODOS los inviernos desde que el mundo es mundo, tanto es así que creo que de tanto reducirse dicho gasto cada año, inexorablemente, llegará el momento en que no nos podamos gastar un céntimo de euro... Y entonces veréis qué risas, porque ESO SÍ será una crisis económica con todas sus letras). Y sí, también este año me había propuesto no caer en la trampa, aprovechar la reducción de salario y el mordisco en la paga extra de Navidad a los funcionarios para decir ¡basta ya! y anunciar a bombo y platillo que ya está bien de chorradas y que este año no hay regalos para nadie, que no está el horno para bollos.

Efectivamente, lo habéis adivinado, sabios cachorros. De eso nada.

El sábado por la mañana me llamó mi hermana para decirme lo que le gustaría a mi sobrino Leonardo que le trajesen los Reyes Magos. Y también a Miguel Ángel. Y a Rafael. Y a Raquelita... Y no me quedó más remedio que ir de tiendas a encargar regalos. Y debo dinero a bastante gente (no demasiado, pero lo debo), y me van a pagar una extra de Navidad que será para descojonarse de risa (válvula de escape para evitar coger una escopeta de cañones recortados y plantarme en la Delegación de Educación y Cultura para reclamar una paga extraordinaria digna de tal nombre) pero ahí estaba yo, en "Imaginarium", pagando a crédito. Como todos los miles de gilipollas que año tras año caemos en la misma espiral...

Pero chicos, no sé...

Por la tarde me dí un paseo por el belén de la plaza del Pilar... Impresionante. 90.000 euros muy bien gastados, sí señor. Y mientras me paseaba, charlando con unos desconocidos, a mi alrededor cientos de pequeñuelos miraban todo aquello boquiabiertos como si descubrieran un mundo nuevo. Me dió por pensar que, efectivamente, lo estaban descubriendo. Y dentro de ese mundo nuevo entran también los Reyes Magos en los que creen con tanta ilusión. Una ilusión contagiosa, que te embarga hasta hacerte pensar que perderla sería una verdadera lástima. Y me dije que, a pesar del Merkava en el portal de Belén, a pesar de la Economía de Mercado y sus malditas trampas conmemorativas, a pesar de que ese nacimiento del Niño Dios nada tiene que ver con el despliegue mediático que nos rodea... los pobres críos no tienen la culpa de que la Navidad se haya convertido en un copyright del Corte Inglés. Y sólo por ellos merece la pena pensar que un día, hace más de 2010 años, vino al mundo uno de ellos para dejar un mensaje al que nadie hace ni puñetero caso... salvo los que todavía son como él.

Así que eso: por ellos, por los niños, por sus sonrisas y sus descubrimientos...

FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO 2011 A TODOS

(a pesar del Merkava)

PD: Mi hermana Susana nos va a traer otro sobrinito para el verano. Si contamos a la pequeña Sofía (que nacerá en febrero), al año que viene serán seis... Santo Dios...

2 comentarios: