lunes, 8 de junio de 2009

FIDELIS REGI (II): Enrique de Çaragoça

Sin embargo, a partir de ese momento en que el profesor Enrique Villuendas se transformó en el barón Aznar Pardo, y casi al mismo tiempo, resurgió en mi interior una vieja afición que creía ya olvidada. En el mes de febrero de ese mismo año 2007 acudimos al Museo Provincial de Zaragoza para asistir a la presentación del cortometraje "Perceval", de Pablo Aragüés, en el que Fidelis había participado el año anterior. Un largometraje estupendo que fue presentado con una espléndida performance en la que Dani, el "Orko", y David (que todavía no era el baron Ximénez de Urrea) protagonizaron un épico duelo que acabó con la muerte del Fidelis y la presentación del Santo Grial en manos del temible capitán Alvar García. Lo pasé realmente bien, pero esa misma noche se me ocurrió algo... ¿Y si describía en el foro Fidelis el acto que acababa de presenciar a la manera de una crónica del siglo XIII? Y como lo pensé lo hice. Sentado ante el ordenador, usando un vocabulario de bellas resonancias arcaicas (que no era propiamente del siglo XIII, pero que tenía ese encanto salvaje del medievo) y echando mano de una memoria que -modestia aparte- es uno de mis escasos puntos fuertes, fui desgranando mi primera Crónica. Era la "CRÓNICA DE LA GLORIOSA PRESENTACIÓN DEL CORTOMETRAJE QUE DIZEN PERCEVAL, ESCRITA POR EL MESTRE CRONISTA ENRIQUE DE ÇARAGOÇA QUE FUE PRESENTE EN LA MISMA Y DISFRUTÓ GRANDEMENTE DELLA". Y fue el nacimiento de Enrique de Çaragoça...

El personaje pronto tomó carta de naturaleza porque los propìos hermanos de la Mesnada Fidelis comenzaron enseguida a leer y disfrutar con avidez de sus escritos. Habéis de saber, mis discípulos, que este vuestro maestro fue un día miembro de un grupo literario llamado "Entre líneas", que realizó varios recitales de poesía y relato corto y que feneció porque todo en esta vida tiene un principio y un fin. Sin embargo, esa primera crónica despertó en mi interior a Maese Enrique, que pronto se ofreció como escribano, amanuense y cronista mayor de la hueste Fidelis. siendo inmediatamente aceptado como tal y produciéndome tan grande alegría y orgullo que no cabía dentro de mi propia saya. Aunque eso fue más fruto del pernil y las buenas viandas que de la propia satisfacción, que en algo contribuyó, naturalmente.

Inventé una biografía para el bueno de Dom Enrique, lo hice monje retirado en el monasterio de Sijena, velando por su señor don Pedro II de Aragón en la Muerte como lo había hecho en Vida, y lo convertí en fiel amigo, cronista y escribano de los Ricoshombres de las Doce Casas. Y poco a poco, sus crónicas fueron tan leidas, celebradas y admiradas que su éxito me sorprendió y enorgulleció, de forma que escribirlas de modo cada vez más donoso y brillante pasó a ser toda una responsabilidad. Sobre todo porque su lectura era del mayor agrado para unas personas a las que tenía en tan altísima estima como mis hermanos Fideles.

Desde entonces continúa el amanuense fiel a su cita después de cada evento en que la hueste real interviene, recibiendo de ella el aplauso y reconocimiento que él en su senectud no cree merecer en tan alto grado como se le otorga. Escribe el buen monje desde sus posesiones en el castillo de Zufaria, pero guarda sus crónicas en la biblioteca de Sijena para las generaciones futuras, de tal modo que -¡asombráos!- después de dos años de andanzas son ya nada menos que TREINTA Y UNA entre crónicas, romances y otros escritos las que lleva a sus espaldas. Y muchas más que redactará, pues cuenta con el rendido apoyo de sus lectores, haciendo de él un personaje que, sin ser imprescindible porque nadie lo es en esta vida, sí se ha metido de lleno en el alma del grupo

Si os parece, dejémosle hablar a él...

"Amantísimos hermanos de armas...

Dos luengos anyos faz ya que aqueste escribano vuestro cumple con la gratísima tarea de poner en negro sobre blanco las fazañas de los soldados e nobles del rey don Pedro, a quien Dios guarde, e como ya senyala el buen Aznar Pardo, han sido dos anyos de tantas vivencias, sonrisas e buenos momentos passados con la mesnada Fidelis Regi que non solum nada tienen los fieles del rey que agradecerme, como tantas veces han fecho, sed etiam es el propio Cronista Maior quien anda en deuda con ellos, pues abriéronle con su buen hazer e sus admirables consejos las puertas de un mundo maravilloso que su ancianidad creía ya enterrado en lo más profundo de su coraçón.

Dos anyos en los quales se ha dexado ganar el escribano por la diligencia e los duros trabajos de don Artal de Alagón, la sensatez et los buenos consejos de don Rodrigo de Liçana, la camaradería et el optimismo de don Ximén de Urrea, la sabiduría et diplomacia de mi admirado Ximén Cornel, la bondad et el temple de don Gombaldo de Tramacet, las dotes de diestro tirador de esgrima de don Lop Ferrench de Luna, las entrañables e fantásticas locuras e profunda amistad del buen don Atho de Foçes, el buen entendimiento e dispositio de don García Romeu et el optimismo e disposición del admirabile don Sancho de Antillón, por non hablar de las damas donna Ana de Luesia (por quien vuestro escribano siente una especial debilidad, guárdenme el secreto los mis lectores de las buenas rosquillas de anís bien calenticas que le conseguí cuando lo de Teruel), la encantadora donna Luisa Magistra et la siempre amable, asombrosa costurera e bellísima donna Roçío Bruna, admirables senyoras dignas de tan admirable e notabilisima compaña de bravos guerreros et esforzados caballeros del rey nuestro señor, a quien guardan un Honor e una Lealtad que otros quisieran para sí sin tanto pregonalla.

Queda, como bien sabéis, en vuestras manos el cálamo, el alma e la voluntad de vuestro escribano, que terná siempre el goyoso plazer de narrar vuestras aventuras durante todos los anyos que Dios en su Misericordia le conceda de vida. E quiera Él que sean muchas décadas, pues nunca fue cronista más orgulloso de servir a tales senyores.

PROPTER REGEM!!

AD USQUE FIDELES!!!

Enrique de Çaragoça


Bueno, pues ahí le tenéis. No sé qué mas puedo deciros de él...

6 comentarios:

  1. Y bien que disfrutamos también las crónicas de don Enrique los que no somos Fidelis.

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  2. Magnífico e sabio personaje, que narra cuanto ve, sin callar nada, con arte y gracejo.

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  4. Muchas gracias, Jesús, pero... ¿Esto de copiar dos veces el mismo mensaje es una costumbre extraña o una equivocación?

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  5. Es que quería insistir en el "conceto".
    ...un fallo :(

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