martes, 26 de junio de 2012

Fin de curso... "Adiós con el corazón"



Nunca me ha gustado despedirme. Sobre todo cuando lo hago de un lugar y de unas personas que han sido realmente importantes para mí. Pero a veces no queda más remedio y tal vez sea este el momento de hacerlo...

Durante 4 años he impartido clases en el IES "Gallicum" de Zuera y puedo decir sin mentir que han sido de los mejores de toda mi carrera profesional hasta ahora. Una carrera que, al lado de la de algunos de mis compañeros, no es nada pero que abarca ya quince años de docencia, que tampoco son moco de pavo. Desde el punto de vista práctico, han sido los mejores porque levantarte de la cama cada mañana y entrar en clase (a 500 metros de mi casa) es un verdadero regalo. Pero desde el punto de vista humano también han supuesto conocer a un equipo de trabajo realmente bueno, sentirme querido por mis alumnos, apoyado por mis compañeros (los cuales, lo sé de buena tinta, el primer año me miraron como a un bicho raro porque hice esfuerzos palpables por conseguirlo, aunque no con ese fin) y perfectamente integrado en la comunidad educativa zufariense.

Sé que el hecho de vestirme en el aula de monje medieval, de caballero o de moro, saltarme a veces a la torera los programas didácticos para enfocar la clase desde un punto de vista distinto, pasearme por los pasillos con un mandoble o un fusil al hombro y hacer cosas como darles a mis alumnos las preguntas del examen antes de hacerlo son detalles que han llamado la atención y han sido objeto de críticas y de polémicas, pero también es cierto que todo ello ha tenido su justificación pedagógica y ha contribuido a que una clase con Enrique fuese esperada con ilusión y a que los resultados académicos ratificasen esa justificación. Siempre he dicho que para que los alumnos disfruten en una asignatura lo primero e imprescindible es que el profesor disfrute tanto como ellos. Y creo sinceramente que lo he conseguido.

Las vueltas de la vida profesional me llevan ahora a otras tierras, a otros alumnos y a otros compañeros. Al acabar el verano me incorporaré a mi destino definitivo en el IES "Reyes Católicos" de Ejea de los Caballeros, donde seguramente ya se habrán oído rumores de que una especie de pirado soñador va a dar que hablar durante los próximos años en sus aulas con sus métodos peculiares de enseñanza. Pero es algo que hace muchos años que tengo asumido, así que lo que siento ahora mismo es una mezcla de tristeza por lo que dejo atrás y de ilusión por lo que me espera delante. Porque también lo he dicho muchas veces: soy como Mary Poppins... Voy donde creo que hago falta...

Este lunes, 25 de junio, hicimos una emotiva comida de despedida con los compañeros de trabajo del departamento. Fue estupenda, aunque eché de menos a Concha Martínez, que no pudo asistir, pero a pesar de todo lo pasamos estupendamente. Y me hicieron un regalico, unas cajas de modelismo de guerreros medievales (se ve que me conocen ya bastante) que procuraré pintar para tener siempre un recuerdo tangible suyo. Pero lo más importante para mí fue compartir esos momentos con Lola, mi "Jefa", para quien somos "sus niños" (una feliz expresión suya que siempre me ha encantado), con Antonio (un perfecto caballero, exquisitamente educado, que no desentonaría en absoluto con un traje negro y gola al estilo de don Juan de Lanuza V), con Carmen (una excelente compañera llena de sentido común), con Alberto (el cachondo del grupo, que siempre tiene una sonrisa que poner allá donde vaya) y con mi querido y admirado Julio, que no se pierde una así lo aten de pies y manos y sin cuya presencia (y la de tantos otros) nunca podría estar al completo el departamento de Geografía e Historia del "Gallicum"... Os voy a echar mucho de menos.

Gracias a todos los que han entendido que la Enseñanza puede ser una aventura apasionante si sabes encontrar cada día una manera de convertirla en un reto. Gracias a mis alumnos, a todos ellos, los buenos y los malos, porque he aprendido de ellos más de lo que creen (entre otras cosas, a sentir cariño por ellos y a tener paciencia para comprender que son adolescentes en busca de sí mismos, que es la más dura de las tareas que tienen que afrontar). Y gracias a mis compañeros, a todos ellos, porque también he aprendido que ser docente es una vocación por encima de todo.

En fin... Cuando me preguntan si estoy casado y si tengo hijos siempre respondo lo mismo: no estoy casado, pero tengo ciento y pico hijos. Cada año diferentes... Y encantado de la vida. Así que ahora voy a conocer a los de Ejea de los Caballeros, que no saben aún lo que les espera... He estado esta misma mañana. Y promete.

No me gustan las despedidas. Por eso no digo nunca "Adiós" sino "Hasta siempre"...

Un abrazo muy fuerte a todos. Y buena suerte.

Enrique Villuendas
Profesor de Enseñanza Secundaria

1 comentario:

  1. Julio Lafuente Borque30 de junio de 2012, 11:46

    Una vez más vuelvo a insistir " Lo que hacemos por estos chicos siempre queda ahí". Por supuesto tu aportas tu granito y dejas un gran recuerdo, de lo que estoy convencido es que más pronto que tarde te volveremos a ver en el IES GALLICUM. Sigue con ese entusiasmo por la educación que tanta falta hace para bien de todos. Un abrazo. Julio Lafuente.

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