
Espléndida fiesta, la que organizamos en Zufaria este fin de año. Magníficos los amigos. Bellísimas las mujeres. Exquisitos los manjares. Espirituosos los licores. Enardecidos los ánimos...
Y sin embargo, a veces, las cosas no salen con la perfección que uno desearía.
Es bien cierto que hubo ambiente y motivación para pasarlo en grande. Y también es cierto que objetivamente fue una gran noche.
Pero (siempre hay un pero)... cierto diosecillo ciego, armado de arco y flechas (¡mira qué casualidad que sea siempre un arquero el que venga a dar por el saco a un Fidelis!) hizo de las suyas y tuvo la mala baba de ensombrecer siquiera un tantico lo que se presentaba como un evento pletórico de alegrías y de esperanzas en el nuevo año que ahora comienza...
¿Qué tiene la mujer para traer siempre de cabeza a los hombres? Pregunta tan vana como repetida a lo largo de los siglos, me temo.
En fin... Otra mariposa que vuela por la ventana. ¡Qué le vamos a hacer...! Es la puñetera historia de mi vida...
Palabras de mi hermano: "tranquilo, para entenderlas mínimo mínimo, hay que tener FPII".
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