viernes, 21 de septiembre de 2012

ISABEL (¿La esperanza?)



Bueno, pues al fin, después de seis meses y de haberla estrenado como película en las salas de cine, hemos podido ver los primeros capítulos de una nueva ficción histórica, salida esta vez de la factoría Diagonal TV para RTVE, dirigida por Jordi Frades e interpretada por Michelle Jenner (Isabel), Rodolfo Sancho (Fernando), Pablo Derqui (Enrique IV), Ginés Gª Millán (Juan Pacheco, marqués de Villena) y Sergio Peris-Mencheta (Gonzalo de Córdoba), entre otros. Mucho tiempo llevábamos esperando su estreno y, la verdad sea dicha: viendo el vestuario y las promos previas, los que nos preocupamos un poco por la Historia de España y su divulgación nos temíamos lo peor, sobre todo después de la ridícula farsa toledana con la que nos obsequió la productora Boomerang en Antena 3 (y que hizo revolverse los huesos de don Alfonso "el Sabio" en su tumba sevillana) o las divertidas -por lo ridículas- "Hispaña" o "Imperium", excelsas obras ambas de Bambú Producciones para la misma cadena.

Mas hete aquí que después de contemplar los dos primeros capítulos de "Isabel" me encuentro con agrado con una serie histórica que, dentro de las asumibles y más o menos abundantes licencias artísticas en lo que a la narración de los acontecimientos se refiere, muestra un respeto bastante aceptable hacia la Historia del ascenso al trono de Castilla de la infanta Isabel de Trastámara, las luchas internas por la sucesión, las intrigas palaciegas de sus protagonistas principales y, en general, la narración de unos hechos que desembocaron en la unión dinástica de Castilla y Aragón, la cual todavía no significó el nacimiento de España, como a menudo se ha repetido equivocadamente (faltarían aún por anexionar a sus territorios los reinos de Granada y Navarra), pero que constituyó el primer y capital paso para construirla.

Naturalmente, no es una serie perfecta: como de costumbre, en los apartados de vestuario (a cargo de la empresa Look Art, a través de Pepe Reyes y Natacha Fernández) y estilismo (Mar López) esta producción se "columpia" salvajemente con unos diseños de inspiración más fantasiosa que histórica (los trajes blanco nuclear de la Jenner -color de luto, por cierto, en la época- se aproximan más a la Tierra Media que a la meseta de Castilla) y unos peinados que dejan al descubierto vaporosas cabelleras al viento como si todas las damas cortesanas de palacio fuesen barraganas, inquilinas de prostíbulo o doncellas casaderas. Además, las consabidas tachuelas de sillón "capitoné" hasta en las braguetas, los pantalones de cuero al estilo "Hell's Angels" (¡hay que ver lo poco que les gusta vestir con calzas a estas gentes del espectáculo!), las alabardas de los Tercios de Flandes del siglo XVII, las espadas al cinto hasta en el retrete (réplicas, además, de las que se venden en las tiendas toledanas como "de Carlos I"), las tetas y culos más o menos gratuitos en las alcobas de palacio, las botas de motorista y los modelitos "King Théoden of Rohan" de William "My Darling" Miller (Beltrán de la Cueva) no nos permiten olvidarnos de que estamos ante una ficción televisiva y no ante un documental de Historia, que para eso ya está La 2, como decían de "Toledo" las cabezas pensantes acostumbradas a "Sálvame" y "¿Quién quiere casarse con mi hijo?"...

También merecen comentario aparte las interpretaciones de los diferentes actores del elenco. Junto a actuaciones soberbias como la de Clara Sanchís (como Isabel de Portugal, la pobre y desquiciada madre de Isabel), la de Ginés García Millán (ese intrigante marqués de Villena) o la de Pablo Derqui (bastante bien metido en su personaje del irresoluto monarca Enrique IV de Castilla), nos encontramos con una Michelle Jenner tal vez demasiado dulce (empalagosa, mejor) en su papel protagonista, un William Miller al que no puedo dejar de imaginarme -con esas melenazas- como el novio de Inés Alcántara, un Sergio Peris-Mencheta que recuerda demasiado al César Borgia de la película de Antonio Fernández o un Víctor Elías al que me cuesta desligar de su personaje de Los Serrano aunque interprete al infante don Alfonso de Castilla, hermano de Isabel... No es que sean malos actores, ¡Dios me libre!, es simplemente que cuesta reconocerlos fuera de los estereotipos a los que nos tenían acostumbrados. Es, de todos modos, una cuestión de gustos sobre los que, como es sabido, no hay nada escrito.

No obstante, a pesar de todo, es una serie que se ve con mucho agrado cuando se constata -leyéndose uno un par de cositas sobre el reinado de Isabel la Católica- el más que aceptable respeto hacia una narración y una documentación que no precisa de grandes adulteraciones para constituir un relato apasionante por sí mismo. Loable trabajo, pues el de Marcelo Pacheco (director artístico de la serie), el de Javier Olivares (responsable del guión) y del propio Jordi Frades (que nos han honrado ambos dos con sus comentarios y explicaciones en el perfil de Facebook de "Isabel, la serie"), que no han querido crear un producto "de acción trepidante" ni un remedo de "Al salir de clase" cargándose la esencia de un extraordinario relato del que poseemos una documentación más que abundante y que, por cierto, se encuentra disponible en la propia web de RTVE:

http://lab.rtve.es/isabel/mapa/index.php 

En definitiva: una buena serie, excelente en comparación con otras de amargo recuerdo, y una esperanza bastante recomendable a la vista del pozo de argumentos sin sentido al que en los últimos tiempos había caído la ficción histórica española. Eso sí: esperemos que no se tuerza en los próximos capítulos.

2 comentarios:

  1. Genial comentario.
    Coincido en muchas cosas.
    A mí me duele el vesturario pero sobre todo el lenguaje, la falta de conocimiento de los usos cortesanos. La mala caracterización de Enrique IV, (aunque el actor lo haga fenomenal).
    Y muy especialmente que se haya querido mostrar a una Isabel con tufillo feminista y a unos nobles "levantisco" con ideales republicanos...
    Pero como tú dices, muy intresante de ver, amena y constructiva.

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  2. Muchas Gracias por tu comentario, Miguel. El tema del lenguaje es algo que ya abordé al hablar de "Toledo": el castellano antiguo resulta muy evocador y dotaría a este tipo de producciones de un encanto especial, pero hay que reconocer que habría que saber muy bien dónde poner el punto de inflexión. Me explico: si Jordi Frades y los guionistas de la serie hiciesen hablar a Isabel, Alfonso o Enrique IV exactamente como los cronistas del reinado de Isabel la Católica, los diálogos podrían ser farragosos e ininteligibles hasta lo insoportable. El lenguaje cortesano de la época está lleno de arcaísmos lingüísticos que a nosotros nos pueden parecer sublimes, pero que al público en general estoy seguro de que acabaría por cansarle. Yo, por mi parte, me conformaría con que se tratasen de "vos" y que utilizasen el título de "Alteza" e incluso "Majestad" (aún siendo inadecuado) en lugar del "usted" (como pudimos ver en "Toledo", que les quedaba como a un santo dos pistolas) para darme con un canto en los dientes. Los "aquesto", los "ayuso" y los latinismos los perdono en aras de una mayor comprensión de diálogos y narraciones, que ya es bastante...

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