
Las Bodas de Isabel de Segura, mi bautismo recreacionista hace ya un porrón de años (las primeras a las que asistí fueron en el 2002, creo recordar, cuando trabajaba en el Francés de Aranda), poco a poco convertidas en uno de mis eventos favoritos del año, al menos por la gente con la que trato.
El campamento de la Escalinata es como el recibidor de un castillo. Uno llega allí después de salir de clase y meterle caballos al motor del coche (que si un día me para el Heineken de la Menetérica a 150 por la autovía de Teruel se me va a caer el yelmo a los pieses), aparcas el jamelgo, te vistes antes siquiera de enderezar tus pasos hacia los pabellones y en un momento te ves envuelto en abrazos, besos, saludos y estrechar de manos de compañeros que a veces hace un siglo que no ves, todos vestidos de punta en blanco a la usanza del siglo XIII y con unas ganas tremendas de disfrutar, de pasarlo bien y de compartir vivencias acumuladas en el último año. Es como encontrarse con una familia de más de doscientos miembros, todos unidos por la misma afición.
Y entonces se te olvidan las polémicas, la mala leche, las zancadillas, los malos rollos y la gente (por llamarla de un modo educado) empeñada en el "quítate tú p'a ponerme yo", los mandas a todos a esquilar conejos a Nairobi y te dejas llevar por los camaradas y los amigos que están allí para hacerte sentir bien, participar de la fiesta y disfrutar de esos intensos dos días y medio (en mi caso) con ánimo relajado, con buenas intenciones, en el marco de una ciudad en la que el 95% de la gente piensa lo mismo que tú: pasarlo de maravilla.

Vuelve Teruel, de nuevo. Y vuelven las Bodas...
¡Me pido hacerte sentir bien!
ResponderEliminarA ver que pregunto a los acheros...
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Rectifico, NOS PEDIMOS HACERTE SENTIR BIEN!
¡Nos vemos en las bodas!
Una pena no poder acudir este año... pero el año es largo y los Iparreco acudirán a otras citas!
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